Este artículo se publicó hace 16 años.
Diferencias de criterio ante la crisis entre los gobernantes iberoamericanos
Los jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica mostraron hoy en San Salvador diversidad de criterios frente a la grave crisis económica mundial, y coincidieron en promover la participación política de los jóvenes para lograr sociedades más justas.
Los gobernantes evalúan, entre otras ideas, una iniciativa para pedir una reunión de gobernantes en el marco de la ONU, según un documento al que tuvo acceso Efe.
Fuentes diplomáticas señalaron que esa propuesta es avalada por Venezuela y sus más cercanos aliados en la región: Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua, quienes comparten una línea radical de liquidar el sistema económico capitalista y avanzar hacia el "socialismo del siglo XXI".
Tres países iberoamericanos -Argentina, Brasil y México- forman parte del G-20 (que agrupa a los países más ricos y las principales economías emergentes) convocados a una cumbre el próximo 15 de noviembre en Washington para reformar el sistema financiero mundial.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó por que se tenga en cuenta la nueva realidad geopolítica mundial para acordar las reformas del sistema financiero y decidir los grupos que han de impulsar esos cambios.
Zapatero no se refirió en ningún momento de forma explícita a la reunión del G-20 ni a la aspiración española de estar presente en esa cita.
España, que recibió el apoyo explícito de varios líderes iberoamericanos para que participe en la reunión del G20, entre ellos de México y Brasil, considera que la voz de Iberoamérica debe estar presente en las decisiones para reformar el sistema financiero global.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, exigió que la voz de los países más pobres sea oída en el diseño de un nuevo orden económico por ser "víctimas y no culpables" de la crisis, y exigió "una mayor participación de los países en desarrollo" en la solución.
Lula dijo que es "el momento es de decisiones políticas" que permitan "redefinir el papel del Estado" para renovar el apoyo a los sectores productivos y aumentar la inversión en educación y formación profesional, para crear las bases de "un mundo mejor y más justo".
El presidente de México, Felipe Calderón, consideró necesario "generar un nuevo orden económico internacional que permita un diseño equilibrado entre Estado y mercado", con una "regulación mucho más severa del sistema internacional", a fin de "reducir el impacto de la crisis en la economía real".
En ese sentido, apuntó que "urge una política coordinada en la región, que permita potenciar la inversión pública y privada".
La presidenta argentina, Cristina Fernández, pidió que los países iberoamericanos adopten una postura común para llevar a la reunión del G-20 "no sólo la voz de un país, sino de una región".
"Un modelo, el neoliberal, que se creía indestructible ha fracasado", dijo Fernández, que hizo una encendida defensa del multilateralismo con voz de los países emergentes.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, defendió que la reforma de las instituciones multilaterales incluya la presencia de los países emergentes y en desarrollo en sus órganos de gobierno.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, se declaró contrario a "salvar" el capitalismo, ante la grave crisis global, y propugnó la democratización de la economía mundial.
El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, pidió que Iberoamérica se desligue de diseños ajenos y desarrolle "su propio modelo" frente a la crisis, que consideró no es sólo financiera y de alimentos sino también de "principios y valores".
Con respecto al tema central de "Juventud y Desarrollo", Zapatero hizo una propuesta concreta en este ámbito: promover el uso compartido de infraestructuras científicas y tecnológicas entre los países de la región.
El rey Juan Carlos destacó que si se involucra activamente a los jóvenes en el desarrollo de los países se logrará construir "sociedades más sólidas, prósperas, justas y participativas".
El mexicano, Felipe Calderón, señaló que las salidas a la crisis pasan por potenciar el comercio entre los países de América Latina y acelerar los procesos de integración política y economica, a fin de dar "una esperanza nueva a los jóvenes".
Morales dijo que "nunca más puede haber analfabetos", al recordar algunas experiencias negativas de su vida, por lo que explicó que su gobierno decidió crear tres centros universitarios indígenas, que darán las clases en las lenguas aimara, quechua y guaraní.
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