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El diálogo en Honduras, rumbo al fracaso por la restitución

Reuters

Por Adriana Barrera e Inés Guzmán

El diálogo sobre la crisis política en Honduras se encaminaba el jueves al fracaso, después de que los negociadores del presidente depuesto Manuel Zelaya amenazaran con retirarse de la mesa si a la medianoche no se alcanzaba un acuerdo sobre la restitución del líder derrocado.

Los negociadores de Zelaya dieron el ultimátum tras una propuesta presentada el jueves por sus homólogos del Gobierno de facto, que calificaron como un nuevo intento del presidente interino, Roberto Micheletti, de dilatar una salida a la crisis.

"Si a las doce de la noche (0600 GMT) no hemos recibido una respuesta de la delegación del señor Micheletti, damos este diálogo por concluido", dijo Víctor Meza, jefe de la delegación de Zelaya, quien fue sacado del poder a punta de pistola y llevado a Costa Rica en la madrugada del 28 de junio.

"No estamos dispuestos a permitir a un régimen golpista a usar el diálogo (...) para postergar la salida de la crisis y para ganar tiempo. El tiempo que gana la dictadura lo roba a la democracia de Honduras", subrayó Meza.

Las negociaciones se retomaron hace tres semanas, pero algunos observadores y opositores creen que Micheletti alarga el diálogo para ganar tiempo con la mirada en los comicios del 29 de noviembre, con los que espera dar una vuelta de página a la crisis política y que todo vuelva a la normalidad.

Negociadores de Micheletti rechazaron el ultimátum y citaron a sus contrapartes a un nuevo encuentro el viernes.

"La única manera que pudiésemos volver (a la mesa) es que ellos a las 10 de la mañana el viernes nos llamen para anunciarnos que el Gobierno de facto acepta la restitución en el poder del presidente Zelaya", dijo otra delegada de Zelaya, Mayra Mejía, sobre la invitación de la comisión de Micheletti.

Después de meses de infructuosas negociaciones en el exilio para regresar al poder, Zelaya volvió furtivamente a Honduras hace un mes y desde entonces está refugiado en la embajada de Brasil, que permanece rodeada por militares y policías con órdenes de arrestarlo si sale de la sede diplomática.

El retorno se Zelaya al poder ha sido el punto de conflicto entre ambas partes.

Delegados de Zelaya piden que sea el Congreso el que decida sobre su vuelta al poder, mientras que los del Gobierno de facto pugnan porque sea la Corte Suprema la que decida sobre ese punto.

Negociadores de Micheletti propusieron el jueves que cada una de las partes consulte al poder que desee y con eso "poner fin a la situación que vive el país" y comprometerse a impulsar el proceso electoral, propuesta que fue rechazada por la comisión de Zelaya.

HACIA LOS COMICIOS

Las autoridades hondureñas encargadas de organizar las elecciones insistieron el jueves, en una visita a Washington, en que pueden realizar una votación justa y libre que resuelva la crisis.

En busca de apoyo para los comicios de noviembre, los tres miembros del Tribunal Supremo Electoral de Honduras aseguraron que la votación en las urnas es la mejor vía para resolver la crisis, independientemente de que Zelaya esté refugiado en la embajada brasileña.

Mientras tanto, en Tegucigalpa, poco más de un centenar de seguidores de Zelaya se congregaron de forma pacífica para insistir en la restitución de su líder, en medio de una fuerte custodia policial, un día después de que el Gobierno de facto impusiera restricciones a las manifestaciones.

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