Este artículo se publicó hace 15 años.
El depuesto Zelaya habla con la Asamblea de la ONU por móvil
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, no pudo asistir este año a la Asamblea General de Naciones Unidas, dado que se encuentra atrincherado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa en su intento por volver al poder.
Sin embargo, se las arregló el lunes para hablar con la asamblea por móvil a través de la ministra de Exteriores del gobierno derrocado Patricia Rodas en el podio de la ONU, oportunidad que aprovechó para pedir apoyo.
Zelaya dijo por teléfono que Honduras estaba sujeto a un régimen fascista que estaba reprimiendo los derechos del pueblo de su país, después de que su Gobierno fuera derrocado hace tres meses.
El depuesto presidente hizo un llamamiento a Naciones Unidas para que le ayude a poner fin al golpe de Estado en Honduras.
Afirmó que el cierre el lunes de dos medios que lo favorecían por parte del Gobierno de facto era una evidencia de la "dictadura" que gobierna al país centroamericano.
Rodas, por su parte, dijo que la vida de Zelaya estaba en peligro.
Desde la expulsión a punta de rifle de Zelaya el 28 de junio, el Gobierno de facto ha resistido la presión internacional para devolverlo al poder y amenaza con arrestarlo y procesarlo.
El líder hondureño entró por sorpresa en el país centroamericano y se refugió hace una semana en la embajada de Brasil.
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