La actriz Sara Casasnovas protagonizó la noche del domingo una de las escenas más dramáticas de su vida. Un perturbado abordó a la joven, de 25 años, se abalanzó sobre ella y le disparó una flecha con una ballesta. La mujer apartó la cara a tiempo y la flecha atravesó la chaqueta de un hombre que estaba en el lugar de la agresión y que resultó ileso. El ataque ocurrió a las puertas del teatro Reina Victoria, en Madrid, donde Casasnovas representaba la obra La noche de la iguana.

El presunto agresor de la actriz se llama Arndt M., alemán de 39 años que fue detenido de inmediato tras el ataque gracias a que unos amigos de la víctima lograron aplacarle. No resultó fácil porque el hombre se defendió con violencia. Roció con un spray a una de las personas que intentaban reducirle y mostró gran agresividad en todo momento. 'Estaba fuera de sí', reconocieron fuentes policiales.

Un agente libre de servicio que pasaba por la zona ayudó a detener al individuo, que ayer pasó todo el día en dependencias judiciales. Hoy mismo podría pasar a disposición judicial. Fuentes de la investigación avanzaron ayer que sobre él pesa una acusación de homicidio en grado de tentativa.

Sara Casasnovas sufrió magulladuras y lesiones leves. Antes de disparar la ballesta, el agresor agarró a la joven por el cuello y la tiró al suelo con fuerza. La actriz se refugió en un local próximo al teatro. Poco después, fue atendida en un centro médico por una crisis de ansiedad. Ya de madrugada, acudió a la Policía Nacional para interponer una denuncia contra el alemán.

Arndt M. vivía obsesionado con Sara Casasnovas desde que, hace un año y medio, conoció a la actriz a través del Canal Internacional de TVE. Ella era una de las protagonistas de la serie Amar en tiempos revueltos. El hombre se enamoró perdidamente de la chica y empezó a enviarle cartas de amor, que la joven nunca contestó.

Ante este amor no correspondido, Arndt M. dio un paso más allá en esta relación psicótica y vino a España hace tres meses para ver a su musa en el teatro. Casanovas le dejó claro en todo momento que ella no quería entablar ningún tipo de relación afectiva con él. Algo que no amedrentó al agresor, quien regresó a Alemania y siguió enviándole misivas y mensajes de cariño.

La semana pasada, Arndt M. volvió de nuevo a Madrid, donde se alojó en un hostal, con un único objetivo en su mente enferma: poseer a la joven a las buenas o a las malas. En el momento de su detención, el hombre llevaba consigo un arsenal en una mochila: dos ballestas, flechas, grilletes, un bote con gasolina, cuerdas... Una obsesión de película.