Este artículo se publicó hace 15 años.
El dato del PIB señala que se supera la recesión, dice Obama
El presidente Barack Obama elogió el jueves las últimas cifras sobre el crecimiento económico de Estados Unidos, señalando que son la "reafirmación de que esta recesión se está aplacando".
La economía de Estados Unidos creció en el tercer trimestre por primera vez en un año y superó las expectativas del mercado, gracias a una recuperación del gasto en consumo y de la construcción de casas, señalando el fin de la peor recesión en 70 años.
No obstante, en comentarios preparados para pronunciarlos ante líderes de la pequeña empresa, Obama dijo que aún queda "mucho camino" por recorrer y que la creación de empleos es clave para la fortaleza económica.
"Tenemos un largo camino por recorrer para restaurar plenamente a la economía y recuperarla de lo que ha sido la más larga y profunda caída desde la Gran Depresión", dijo el presidente.
El Departamento de Comercio, en su primera estimación del Producto Interior Bruto (PIB) del tercer trimestre, informó el jueves de que la economía se expandió a una tasa anual del 3,5 por ciento, la más alta desde el tercer trimestre de 2007, después de contraerse un 0,7 por ciento en el periodo abril-junio.
El ritmo de crecimiento del PIB, que mide el total de bienes y servicios que se producen dentro de las fronteras de Estados Unidos, estuvo por encima de las expectativas de un 3,3 por ciento. La última vez que la mayor economía del mundo creció fue en el segundo trimestre de 2008.
"El PIB mejor de lo esperado está confirmando que la Gran Recesión ha terminado", dijo Kevin Flanagan, estratega de renta fija de Global Wealth Management con Morgan Stanley en Purchase, Nueva York.
"La pregunta para el futuro es: ¿Es esta una recuperación estadística o vamos a conseguir algo de impulso significativo sobre base sostenible?", agregó.
La economía cayó en recesión a finales de 2007 y ha sufrido la peor crisis desde la Gran Depresión de la década de 1930.
La recuperación del tercer trimestre tuvo en general una base amplia, aunque con sólidos avances en gasto en consumo, exportaciones y construcción de viviendas.
También se vio apoyada por los programas estatales de estímulo, como un popular descuento en compras de algunos vehículos motorizados nuevos, que impulsó las ventas de coches y la producción, así como un crédito tributario de 8.000 dólares para quienes compran su primera vivienda.
El plan de ayudas a la compra de automóviles terminó en agosto y el crédito tributario residencial expiraría el próximo mes. En caso de que los programas de estímulo desaparezcan, hay temores de que la recuperación económica pueda tropezar, en medio de un alto desempleo que aún infringe daño.
CONSUMO E INVENTARIOS
El gasto en consumo, que representa cerca de dos tercios de la actividad económica estadounidense, creció a un ritmo del 3,4 por ciento en el tercer trimestre, el más acelerado desde el primer trimestre de 2007. El gasto cayó a una tasa del 0,9 por ciento en el trimestre anterior.
El repunte económico del tercer trimestre se apoyó también una moderación del ritmo de liquidación de inventarios de las empresas. Los inventarios empresariales cayeron 130.800 millones de dólares, bastante menos que el récord de 160.200 millones del segundo trimestre.
La mejora en la tendencia de los inventarios sumó cerca de un punto porcentual al PIB real del tercer trimestre.
Los analistas esperan que la desaceleración en la caída de los inventarios seguirá siendo un apoyo para la economía en los últimos tres meses del año, pese a que se espera que el gasto en consumo retroceda producto de la peor situación laboral en 26 años.
Si se excluyen inventarios, el PIB creció a una tasa del 2,5 por ciento, comparado con la expansión del 0,7 por ciento del segundo trimestre.
La debilidad del dólar ayudó al alza de las exportaciones, pero el aumento de las importaciones fue un peso para el PIB real durante el trimestre. El gasto del Gobierno federal contribuyó al crecimiento, pero los gobiernos locales y estatales fueron un lastre.
Según un informe separado del Departamento de Trabajo, el número de trabajadores estadounidenses que pidieron seguro de desempleo por primera vez cayó en 1.000 la semana pasada.
Analistas consultados por Reuters esperaban un declive a 521.000 solicitudes frente a las 531.000 de la semana anterior.
El número de personas que permanecen desempleadas y continuaron recibiendo beneficios por más de una semana cayó en 148.000 a 5,797 millones en la semana al 17 de octubre, el último período para el cual existen datos disponibles. Esta fue la menor cantidad desde marzo.
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