Este artículo se publicó hace 15 años.
Corea del Norte da una muestra de reconciliación
Andrea Rodés
El régimen de Corea del Norte dio el lunes una tímida muestra de querer rebajar las tensiones con Seúl, al anunciar que reabrirá el paso fronterizo que permitirá de nuevo la entrada de turistas surcoreanos y retomar la cooperación industrial entre ambos países, según informó la agencia oficial del régimen, KCNA.
La información fue confirmada en un comunicado por la presidenta del grupo empresarial surcoreano Hyundai, Hyun Jung Eun, que viajó a Pyongyang para negociar la liberación de un empleado de la empresa, detenido hace cuatro meses por las autoridades norcoreanas. El detenido trabajaba en el parque industrial de Kaesong, un proyecto de cooperación empresarial inter-coreana situado en la frontera, y que lidera Hyundai .
Tras varios meses de tensiones por el test nuclear del pasado mayo y las continuas provocaciones militares de Corea del Norte, el encuentro entre Hyun y el dictador norcoreano, Kim Jong-il, en Pyongyang ha servido para poner en libertad al trabajador y conseguir que el régimen comunista retome los proyectos de colaboración con Hyundai en el recinto industrial de Kaesong y en el monte Kumgang, donde la empresa organiza tours a turistas surcoreanos y reuniones entre familias que quedaron divididas a cada lado de la frontera tras la guerra entre las dos Coreas.
Este gesto de reconciliación por parte de Pyongyang se produce dos semanas después de que el expresidente de EEUU, Bill Clinton, viajara a la capital norcoreana y consiguiera la liberación de dos periodistas norteamericanas detenidas el pasado marzo por las autoridades norcoreanas mientras filmaban un reportaje en la frontera con China.
Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la imposición de sanciones a Corea del Norte para castigar sus continuas provocaciones militares, que incluyeron una prueba balística con un cohete de largo alcance y el test nuclear del pasado 4 de mayo, el régimen de Kim Jong-il ha optado por expulsar a los inspectores nucleares internacionales y anunciar su retirada de las llamadas conversaciones a “seis bandas” para su desnuclearización. Esta tanda de negociaciones se establecieron en 2003 entre China, Rusia, Japón, EEUU y las dos Coreas para negociar el desarme nuclear de Pyongyang a cambio de ayudas económicas y petróleo.
Hace dos semanas, Pyongyang insinuó que estaría dispuesta a aceptar “otro tipo” de diálogo bilateral con EEUU, pero la Administración Obama insiste en la necesidad de un diálogo multilateral, que implique sobretodo a China, principal aliado político y comercial de Pyongyang, y el país con más poder de influencia sobre el régimen de Kim Jong-il. Pero Pekín se muestra cautelosa a la hora de presionar a Pyongyang y aplicar más sanciones económicas – como insiste Washington - , ya que un aumento de la inestabilidad social en Corea del Norte, uno de los países más pobres del mundo, puede provocar una avalancha de refugiados norcoreanos dentro de sus fronteras.
El sábado, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, llamó a retomar el diálogo con Corea del Norte, prometiendo ayudas económicas si ésta abandona su programa nuclear. “¿Cómo podemos hablar de posibilidades de reconciliación y cooperación cuando hay millones de armas apuntando de un país al otro?”, dijo Lee el pasado sábado en un discurso televisado. Las tensiones entre las dos Coreas se agravaron cuando el conservador Lee ganó las elecciones, a finales de 2007. A diferencia de su antecesor, Lee es partidario de la línea dura con el régimen norcoreano, suspendiéndole cualquier tipo de ayuda económica si éste no garantiza el desarme nuclear total. Corea del Norte aún mantiene detenidos a 4 tripulantes de un pesquero surcoreano que el pasado julio se adentró en aguas norcoreanas.
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