Este artículo se publicó hace 15 años.
Cinco seguidores de Zelaya detenidos por los golpistas permanecen en prisión
Desde la llegada de Micheletti, los miembros de la Resistencia son encarcelados sin pruebas ni sentencias firmes
Cinco personas vinculadas a la Resistencia contra el golpe de Estado del 28 de junio pasarán la Nochevieja en la Penitenciaria Nacional de Tegucigalpa. Se trata de Marco Gutiérrez, Délmer Izaguirre y Germán Ávila, acusados de robo y asalto a un supermercado; Carlos Ávila, por portar material de guerra y Humberto Castillo, al que se incrimina por poseer armas de fuego.
Los hechos que han llevado a prisión a Gutiérrez, Izaguirre y Ávila ocurrieron tras el regreso al país del derrocado presidente Manuel Zelaya. La Resistencia se lanzó a la calle en El Pedregal, uno de los barrios rebeldes. Unos cuantos decidieron aprovecharse y asaltaron el supermercado La Colonia. Se sumaron muchos más. "Y la policía agarró a estos tres, que habían llegado al final, cuando ya no quedaba nada. Los detuvieron y ni siquiera llevaban objetos robados", explica a Público Nectali Rodezno, uno de los dirigentes del Frente de Abogados contra el Golpe de Estado, que ha defendido a todos los encausados.
El español Antonio Porta, acusado de sedición, está en libertad condicional
"Ni siquiera son de la Resistencia, aunque aquel día se sumaron a la protesta. Los consideramos presos políticos porque fueron capturados por participar en la protesta, sólo por eso", añade Rodezno.
El caso de Carlos Ávila es igual de disparatado. El joven se dirigía a una manifestación de la Resistencia cuando fue detenido por la policía por llevar una bomba de humo, de las que se usan en los estadios de fútbol. "Fue acusado de portar material de guerra", señala un indignado Rodezno. "La gran mayoría de los 130 procesados desde el 28 de junio fueron detenidos con las manifestaciones disueltas. O, como Ávila, antes de empezar. Se los persigue únicamente porque son de la Resistencia".
Sin sentencia firmeEl quinto preso político, Humberto Castillo, militante de la Resistencia, fue capturado horas antes de las elecciones del 29 de noviembre. Castillo, discapacitado, trabajaba en el taller de un dirigente de la izquierdista Unificación Democrática. Se le acusa de esconder un cohete para lanzagranadas.
130 personas han sido procesadas por ejercer la libertad de expresión
Ninguno de los cinco encarcelados tiene sentencia firme. En las últimas semanas, desde la victoria en las elecciones del nacionalista Porfirio Pepe Lobo, sólo se han producido detenciones policiales que no han llegado a los juzgados. No obstante, horas antes de Nochebuena se constituyó el Comité de Presos Perseguidos y Exiliados Políticos, "como consecuencia de la persecución política de la que es víctima el pueblo hondureño", según su acta de creación. "La tiranía encabezada por [Roberto] Micheletti nos encarcela bajo cargos sin pruebas" añade el acta. "Hasta ahora, 130 personas han sido procesadas por ejercer la libertad de expresión", denuncia el director del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos, Andrés Pavón.
Entre esas 130 personas se halla el español Antonio Porta, hoy en libertad condicional tras ser acusado de sedición. Porta había viajado a Honduras para conocer a su novia, con la que había contactado por Internet. Y se vio envuelto en unos incidentes cerca de la Embajada de Brasil. "Tal y como están las cosas, puede ser condenado, por culpa de la alianza entre Ministerio Público y Corte. Hemos pedido una reconstrucción y ni siquiera la han aceptado", desvela Rodezno.
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