Este artículo se publicó hace 14 años.
La CEOE aplaude y los sindicatos critican la propuesta laboral
Zapatero dice que el plan del Gobierno no recorta "ningún derecho" pero "abre la puerta" a reducir costes empresariales
Desconcierto y confusión. Esto es lo que generó ayer la última propuesta del Gobierno sobre reforma laboral. La difusa idea de eximir de parte del coste del despido a las empresas generó un aluvión de comentarios entre los que destacaron dos polos opuestos: la aprobación de la patronal y la censura de los sindicatos.
Joan Rosell, presidente de la patronal catalana y uno de los pesos pesados dentro de la CEOE, aseguró que la nueva reforma laboral es "un buen punto de partida" y pidió trabajar "lo más rápido posible" con el objetivo de generar empleo. Rosell hizo estas declaraciones a la salida del Fórum Europa, codo a codo con el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien, preguntado también sobre la propuesta laboral dijo "amén a todo lo que ha dicho" Rosell. Para el dirigente de la patronal catalana, ahora toca "trabajar" el texto para lograr un acuerdo "ambicioso". Ayer mismo se reunió la comisión de relaciones laborales de la CEOE para estudiar la propuesta, pero fuentes de la negociación aseguran que la patronal no quiere negociar en firme sobre las nuevas medidas hasta pasada la junta directiva del próximo miércoles 21 de abril.
Al otro lado de la mesa de interlocución, los sindicatos pusieron pegas a la oferta del Ejecutivo, que en su opinión se "escora" hacia la patronal a la hora de hablar del despido. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, aseguró que no le gusta "ni el tono ni la música" del documento y lamentó que Trabajo "haya pillado de mala manera" la propuesta de su sindicato de explorar vías como el modelo austriaco para buscar soluciones más baratas para los empresarios en caso de tener que despedir.
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que el documento "tiene una cara discutible y farragosa. Hay un simulacro del modelo austriaco de despido que no es ni por asomo lo que se plantea", explicó.
Fuentes sindicales recuerdan que la posibilidad de eximir durante un periodo de tiempo del coste del despido a los empresarios no es una reforma estructural sino un parche coyuntural, por lo que los problemas del mercado de trabajo continuarán sobre la mesa. Además, tildan la propuesta de continuista, ya que no ataca de forma contundente los contratos temporales y permite que prosiga la dualidad actual.
El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero defendió desde Washington el modelo. A su juicio, es "innovador y reformista" y cumple con "el compromiso y los objetivos" de facilitar los costes a las empresas "sin que los trabajadores pierdan derechos", informa I. Piquer. Zapatero explicó que con el sistema ideado por Trabajo inspirado en el modelo actual para empresas de menos de 25 trabajadores que sólo pagan el 60% de los despidos objetivos porque el resto lo pone el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) "todo trabajador ante cualquier eventualidad de despido mantiene sus derechos, pero abrimos una puerta para que ese despedido pueda resultar menos costoso a los empresarios". Por eso, el presidente asegura que es "una buena línea de camino"
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, redundó en las virtudes de la propuesta, ya que cree que trata de "favorecer la contratación". En la misma línea se expresó la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado.
Además de la posibilidad de abaratar temporalmente el despido en los contratos de fomento del empleo indefinido, esto es, los que tienen una indemnización de 33 días, la propuesta del Gobierno se abre a la adaptación del modelo austriaco. En esencia, se estudiará la posibilidad de acumular la antigüedad de la vida laboral en cuentas individuales. Este modelo fue una sugerencia del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que, sin embargo, ayer se mantuvo muy cauto en sus valoraciones y prefirió esperar a un análisis más pausado pero reiteró que "hay algo que funciona mal y hay que cambiarlo" y exigió la máxima urgencia para las reformas.
La oposición política arremetió contra la indefinición de la propuesta desde los dos extremos del espectro político. El líder del PP, Mariano Rajoy, lo calificó como "globo sonda lleno de generalidades" y el coordinador de IU, Cayo Lara, aseguró que "ni concreta ni define con claridad qué se quiere hacer de verdad con estos cambios".
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