Unas 400.000 personas de edades medias de 80 años, dependientes o en situación de vulnerabilidad, viven en las más de 5.000 residencias que existen en España, según desvela el Informe Envejecimiento en Red de 2019 del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se trata de un colectivo especialmente vulnerable, con una elevada morbilidad y mortalidad, ya que más del 80% sufren condiciones crónicas complejas y avanzadas, hasta un 60% padecen demencia, y existe una alta prevalencia de necesidades psicosociales y espirituales con especial dificultad para ser atendidas. Además, a estos datos hay que sumar otros condicionantes relacionados con la soledad y la pobreza, que han podido apreciarse sobre todo a partir del confinamiento propiciado por la situación pandémica.

Por ello, la Fundación La Caixa ha ampliado y extendido su Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas a residencias de personas mayores. Ya se desarrolla en 113 residencias de toda España, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran en un proceso de enfermedad avanzada y la de sus familiares.

Modelo pionero

Este Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa nació en el año 2009 como un modelo pionero en la atención emocional, social y espiritual en los cuidados paliativos y procesos de final de vida y duelo. Hasta el momento lo desarrollan 44 Equipos de Atención Psicosocial (EAPS), que pertenecen a entidades sociales y sociosanitarias de reconocido prestigio en sus respectivas comunidades autónomas.

Dichos EAPS los componen más de 230 profesionales de la psicología, el trabajo social, médicos, agentes pastorales, más de un millar de voluntarios que actúan en 132 hospitales de todo el país y 133 unidades de apoyo domiciliario. Desde sus inicios, hace doce años, el Programa ha llegado a dar apoyo a 209.499 pacientes y a 301.722 familiares, habiendo superado recientemente las 500.0000 personas atendidas.

Atención cálida y personalizada

El modelo de actuación del programa está enmarcado en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud. Proporciona una atención cálida y personalizada que complementa la labor que las unidades de cuidados paliativos realizan en hospitales, domicilios y centros sociosanitarios, con el objetivo de alcanzar una atención integral basada en atender las necesidades emocionales, sociales y espirituales de cada persona y su entorno, y apoyar a los profesionales que la acompañan.

La extensión del programa a las residencias se está llevando a cabo actualmente en 30 EAPS de todo el territorio español, con la incorporación de un psicólogo más en el equipo que se dedica exclusivamente a la atención en la residencia, aunque está previsto que se activen ocho EAPS más antes de que finalice 2021.

"Más necesario que nunca"

El programa comenzó este nuevo recorrido hace unos meses. El residente es atendido, de forma individual o grupal con técnicas basadas en la escucha activa y la empatía, la expresión de emociones y sentimientos, el acompañamiento en su sentir espiritual, la adaptación progresiva a la enfermedad y la valoración de un acompañamiento voluntario al final de la vida.

En este sentido, el subdirector general de la Fundación La Caixa, Marc Simón, considera que "hoy es más necesario que nunca un modelo de atención centrado en la persona y que proporcione soporte a los residentes y a sus familiares, así como a los profesionales y organizaciones".

"Cuando pierdes a una madre, tu vida se tambalea"

La atención a los familiares abarca el apoyo necesario para poder atender a sus seres queridos, y el acompañamiento, la prevención y el tratamiento del duelo. El programa también implica formación a profesionales, voluntarios y familiares, en las que se aportan contenidos, actuaciones y metodología, sin olvidar la atención a los profesionales de las residencias, que también supone un factor clave para el bienestar de los residentes y sus familiares. Facilita igualmente apoyo en situaciones de burnout, ansiedad y malestar, además de espacios para expresar y reflexionar sobre casos especialmente complejos y técnicas y recursos en las distintas áreas de atención: soledad, final de vida y duelo.

Arancha y Rocío son dos de las personas que han recibido apoyo psicosocial tras perder a un familiar, en este caso a su madre, y su valoración sobre el programa no puede ser más positiva: "Cuando pierdes a una madre, tu vida se tambalea y tienes que aprender a vivir, no sin ella, sino con su ausencia. Recibir ayuda psicológica de un equipo tan profesional, como ha sido nuestro caso, para nosotras ha sido fundamental. Ha sido luz, ha sido guía".