Este artículo se publicó hace 13 años.
Cartas de Ruiz-Mateos a Botín demuestran que engañó a los inversores
"Mucha de la publicidad que sale en los medios sobre inversiones y puestos de trabajo forman parte del marketing de cara a la opinión pública", dicen en una de las misivas
La familia Ruiz-Mateos aprovechaba el anuncio de que sus empresas Clesa y Dhul tendrán que presentarse a concurso de acreedores para señala a su nuevo enemigo público, Emilio Botín. Sin embargo, las cartas que presentaron para intentar justificar sus críticas hacia el Banco Santander se pueden volver contra ellos.
En la misma rueda de prensa la familia Ruiz-Mateos anunció un nuevo frente: el inicio de acciones legales contra el grupo Santander, a quien las empresas de Nueva Rumasa adeudan la mitad de sus créditos bancarios (350 millones de euros sobre un total de 700 millones).
Según la familia Ruiz-Mateos, el Santander los obligó a vender activos muy por debajo de su valor para atender a los créditos pendientes, perjudicando al resto de los acreedores. La guerra, una vez planteada, será total. "Actuaremos de forma implacable, porque (el Santander) es responsable de lo sucedido en Nueva Rumasa", apuntó José María Ruiz-Mateos. "Madoff, Lehman Brothers, Banif" y cualquier otra causa que tenga abierta el Santander se convertirán en su causa.
Para ello dicen que crearán una plataforma internacional de perjudicados por el Santander y se contará con abogados defensores históricos de causas contra Botín, como Iván Hernández o Arturo Panea.
Un balón fuera (y un alto gasto para un grupo en suspensión de pagos) que Nueva Rumasa regaló a la prensa envuelto en un jugoso caramelo: las cartas de José María Ruiz-Mateos y su mujer, Teresa Rivero, a Emilio Botín, presidente del Santander, Alfredo Sáenz, consejero delegado, y Javier Peralta, director general de Riesgos.
Cartas en las que se "suplica paciencia" a Peralta y se le asegura que "mucha de la publicidad que sale en los medios sobre inversiones y puestos de trabajo forman parte del marketing de cara a la opinión pública, pues a la hora de la verdad si lo analizas bien, cuando llevamos a efecto alguna operación mercantil, es porque recibimos más, de lo que invertimos...".
Opinión pública a la que se convencía de que se iban a realizar determinadas inversiones pese a que, según la carta, "los tiempos no están para invertir, sino para recoger... a veces es bueno aparentar de cara a sostener un clima de confianza y seguridad ante nuestros proveedores y clientes".
En una de las cartas, Ruiz Mateos escribe a la desesperada: "Emilio, por favor, no nos dejes caer. ¡Sería horrible!". Misas en la capilla de la casa de Ruiz-Mateos por Botín y otras alusiones constantes a la Iglesia plagan las misivas.
EngañosEstas cartas a Botín hechas públicas ahora demuestran que los Ruiz-Mateos engañaron a sabiendas a la opinión pública, a inversores y a acreedores al asegurar que esta publicidad era mero marketing. Las cartas entre José María Ruiz-Mateos y el Santander probarían que los Ruiz-Mateos mentían sobre sus inversiones y empleados para captar capital con la emisión de pagarés.
Es más, mientras reconocían a Emilio Botín que "los tiempos no están para invertir, sino para recoger" en los medios de comunicación lanzaban la campaña de captación de acreedores, a los que se les animaba a invertir con al menos 50.000 euros en el grupo de empresas.
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