Este artículo se publicó hace 17 años.
La cabra montés deja de ser una especie en extinción tras una década de conservación
La cabra montés dejará de ser una especie en extinción gracias a la política de conservación desarrollada desde la década de los 90, cuando estuvo a punto de desaparecer, y que ha permitido su aumento y dispersión en regiones como Andalucía, donde se concentra su mayor población mundial.
Andalucía concentra más del 50 por ciento de las especies de la Península Ibérica, con 36.000 ejemplares en treinta núcleos poblacionales.
Estos datos han sido ofrecidos hoy por el director general de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, José Guirado, quien ha inaugurado el II Congreso Internacional del género Capra en Europa, que reúne en Granada a más de 200 expertos para poner en común el estado de conservación de las cabras en las montañas.
Según Guirado, la cabra montés ya ocupa siete de las ocho provincias andaluzas -excepto Huelva-, como consecuencia de la "buena situación" en que se encuentran los hábitats. Así, en Granada se concentran 17.000 ejemplares y dos de los diez tipos genéticos de esta especie, a la que define el director general como "el lince de la alta montaña mediterránea".
Mientras que en Córdoba (sierras de Albayate y Rute) y en Sevilla (sierras de Osuna y Tablón) no existen cifras exactas sobre el número de cabras montesas, Almería alberga más de 5.200 ejemplares, Cádiz más de 1.000, Jaén más de 5.700 y Málaga más de 4.100.
Los avances que han permitido que la cabra montés salga de la lista de especies extintas de la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (UICN) son el control del número de cabezas de cada territorio y la prevención de enfermedades como la sarna.
Esta afección, que portan todos los mamíferos, tuvo brotes importantes en Cazorla (Jaén), Sierra Nevada (Granada) y la Serranía de Ronda (Málaga), y en la actualidad, está extendida por todas las poblaciones, excepto en la Sierra Tejeda-Almijara (Granada y Málaga), aunque "de forma controlada", según Guirado.
Con el fin de controlar los brotes epidémicos y asegurar la conservación de la especie, la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha el "Plan de Gestión de la Cabra Montés" para efectuar un seguimiento exhaustivo de las poblaciones.
Según el director general de la Consejería, han conseguido establecer parámetros sobre su sexo o índice de natalidad, a través de unos collares con el sistema de localización por satélite (GPS), que permite su manipulación desde ordenadores centrales para poder determinar, cada dos o tres horas, el punto exacto en el que se encuentra el animal y obtener información precisa.
La segunda edición de este congreso, que se celebra después de 15 años, permitirá actualizar la información generada en estos años y la puesta en común llevada a cabo en la conservación de estas especies, alrededor de toda Europa.
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