Este artículo se publicó hace 17 años.
Buenos negocios en el Kurdistán pese a los vientos de guerra
Los vientos de guerra que llegan de la cercana frontera turca, donde hay desplegados 100.000 soldados, no impiden que los buenos negocios surjan en un Kurdistán que vive un "boom" económico, como quedó de manifiesto en la feria inaugurada hoy.
La tercera Feria Internacional de Erbil, la capital de esta Región Autónoma del Kurdistán, abrió hoy sus puertas con 300 pabellones de empresas de diferentes países, principalmente de Oriente Medio pero también de EEUU, Francia, Italia, Austria, Alemania y hasta Brasil.
Con una factura homologable a cualquier feria occidental, se exponían materiales de construcción, de telefonía móvil, automóviles y camiones, comida y bebida, electrónica y hasta presentaciones de bancos y centros culturales: las oportunidades se presentan en el Kurdistán prácticamente en todos los sectores.
Hay presentes en esta región 811 empresas extranjeras -principalmente turcas e iraníes-, ya sea en inversiones directas o a través de "joint-ventures", según comentó a Efe Hayder Mustafa Saíd, del oficial Consejo de Inversiones.
Parece mentira que el Kurdistán iraquí esté flanqueado en el norte por un belicoso estado turco y por el sur por un país que se desangra en atentados cotidianos y sujeto a una enorme inestabilidad.
En los cuatro últimos años, mientras Irak se hundía en la incertidumbre, se han abierto en el Kurdistán dos aeropuertos, se construye una autopista, surgen sin parar hoteles en las principales ciudades y aparecen enormes centros comerciales donde la nueva clase media compra, pasea y se divierte.
Otro símbolo de la bonanza económica es la presencia de inmigrantes de Bangladesh, Filipinas o Eritrea, que -exactamente igual a lo que sucede en el Líbano o en Dubai- se están haciendo progresivamente con tareas como el servicio doméstico y hotelero.
El gobierno kurdo tiene desde julio de 2006 una ley de inversiones donde todo son ventajas para el inversor extranjero: igual trato que el nacional, propiedad -si así lo quiere- de todo el proyecto, posibilidad de sacar sus beneficios en el momento que quiera y de que el personal expatriado cobre su sueldo en el extranjero.
El único obstáculo para el inversor es la ausencia casi total de compañías internacionales de seguros, reticentes a instalarse en Irak, aunque sea en el seguro norte, como reconoce Mustafa Saíd.
Sipan Berwari, asesor de la Consejería Comercial austríaca de Erbil, recuerda que su embajada fue la primera que decidió cerrar la consejería en Bagdad, donde el clima de violencia ahuyenta a cualquier empresario, para trasladarla a Erbil, donde abrió en 2005.
Le siguieron -bajo esa fórmula o como cámaras de comercio- países como Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania y la República Checa, que captaron que el Kurdistán no solo sirve como mercado en sí mismo, sino como cabeza de puente para vender al resto de Irak e incluso al vecino Irán, como dice Berwari.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.