Este artículo se publicó hace 16 años.
El británico Cavendish se estrena en el Giro, Pellizotti sigue líder
El británico Mark Cavendish, del High Road, uno de los más prometedores especialistas del esprint, ha sido el vencedor de la cuarta etapa del Giro de Italia disputada entre Pizzo Calabro y Catanzaro, de 183 kilómetros, mientras que el italiano Franco Pellizotti, del Liquigas, mantuvo el jersey de líder.
Cavendish, de 21 años, se estrenó en el Giro al esprint con un tiempo de 4h.49.09, a una media de velocidad de 37,552 kms/hora. Un alarde de fuerza y habilidad en la colocación y a la hora de soltar el ataque definitivo del corredor de la Isla de Man, que relegó al alemán Robert Förster, del Gerolsteiner y al italiano Daniele Bennati, que no pudo alcanzar su segunda victoria consecutiva.
A continuación, y después de haber salvado una caída en la recta de llegada, se clasificaron el kazako Assan Bazayev (Astana) el italiano Mirco Lorenzetto (Lampre), el alemán Erik Zabel (Milram) y el australiano Robbie McEwen (Silence). Los veteranos cedieron ante el empuje de la juventud.
El español Koldo Fernández (Euskaltel) volvió a estar entre los mejores y se clasificó en décima posición. Alberto Contador pasó una página más de la prueba y se mantuvo lejos de la zona de caídas en el esprint final. Llegó en el puesto 84 y en la general ocupa el puesto 17 a 30 segundos de Pellizotti.
El triunfo de Cavendish, el quinto de la temporada para el ex corredor del T-Mobile, no varió la clasificación general, en la que siguió al frente Franco Pellizotti (Liquigas), siempre bien protegido por el Liquigas. Le sigue el estadounidense Christian Vande Velde (Slipstream) a 1 segundo y el italiano Danilo Di Luca (LPR) a 7.
La historia de la etapa nació cuando apenas se habían desperezado los corredores. El belga Rik Verbrugghe (Cofidis) atacó de salida, como un cohete, como si tratara de un prólogo, especialidad del corredor de Tienen, que con la venia del pelotón inició una aventura en solitario que desde el principio tuvo buena pinta.
El grupo se lo tomó con una calma con tintes de huelga de pedales caídos. El malestar por el complicado traslado de Sicilia a la península, que privó a muchos corredores de la ducha y el reparador masaje la noche del lunes, obligó al líder Franco Pellizotti a consultar a los "senadores" Bettini y Rebellin sobre la conveniencia de manifestar su enfado ante la organización. Y se tomaron un "descanso" de más de 100 kms.
Mientras Verbrugghe volaba a su aire la media de velocidad era muy explícita. En la primera hora se cubrieron 32 kilómetros y 29 en la segunda. De ahí que el belga, excelente rodador, abriera diferencias de escándalo: 9.30 minutos en el Paso de Pietra Espada, de tercera categoría, única dificultad de la jornada y una máxima de 10.50 en el kilómetro 110.
El desempeño del Liquigas, Milram, High Road y Euskaltel redujeron el botín de Verbrugghe a 4 minutos a falta de 30 kilómetros de Catanzaro. Un síntoma de que la mayoría trataría de arruinar el que hubiera sido la tercera victoria del belga en la carrera rosa.
A 21 kilómetros de meta Verbrugghe se despidió de su sueño, cuando el pelotón se le echó encima lanzado a más de 55 por hora. Empezaba una nueva etapa con los equipos de los esprinters en pugna por dirigir el ritmo en cabeza de carrera.
El High Road de Cavendish tomó la iniciativa junto al Milram y el Lampre, con el Liquigas pendiente de Bennati, quien lanzó el esprint desde lejos. Cavendish aguantó su rueda y a 80 metros de meta se adelantó para apuntarse la victoria, la número 16 desde que debutó en profesionales en 2006, cifra que indica su calidad.
Especialista en pista, logró sendas medallas de oro de madison en los Mundiales de Los Angeles 2005 y Manchester 2008. Un valor seguro cuando los triunfos se discuten a alta velocidad.
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