Este artículo se publicó hace 14 años.
Bradley, símbolo de seguridad y éxito en EEUU
Cuando Bruce Arena renunció después de una actuación decepcionante con la selección de fútbol de Estados Unidos en el Mundial 2006, Fabio Capello y Jürgen Klinsmann fueron mencionados como sus posibles sucesores.
Finalmente, Estados Unidos optó por el camino más cercano y escogió a Bob Bradley.
Bradley, un hombre formado en el fútbol universitario estadounidense, nunca iba a tener la repercusión de un entrenador extranjero de renombre, pero conocía a fondo a cada jugador de su país y ha demostrado que sabe cómo sacar lo mejor de ellos.
Los aficionados más optimistas esperaban que Estados Unidos superara la fase de grupos en la Copa del Mundo, pero tras derrotar a España, campeón de Europa, en su camino hacia la final de la Copa Confederaciones en Sudáfrica el año pasado, el hambre por otra sorpresa ha aumentado en el país.
Bradley, de 52 años, ya tiene tres décadas de experiencia como entrenador, después de comenzar en la Universidad de Ohio a los 22 años.
Tras la desaparición de la North American Soccer League (NASL) y antes de la llegada de la Major League Soccer (MLS), Bradley eligió el mejor camino para un joven entrenador en un país sin una liga profesional: el fútbol universitario.
Entre 1984 y 1995, trabajó en la universidad donde había estudiado, Princeton, antes de llegar en 1996 al fútbol profesional como ayudante del entrenador del DC United.
Dos años más tarde comenzó a entrenar al recién formado equipo Chicago Fire, conjunto al que llevó a un título de la MLS esa temporada, en la que fue nombrado Entrenador del Año.
Tras pasar por el Metrostars y Chivas, dejó la MLS para trabajar con la selección de Estados Unidos sub- 23, hasta que finalmente se hizo cargo de la selección absoluta en 2006.
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