Este artículo se publicó hace 15 años.
Bolivia vota a favor del socialismo y el poder indígena
Los bolivianos aprobaron el domingo en un referéndum una nueva Constitución impulsada por el presidente Evo Morales, que abre las puertas del poder a la mayoría indígena y da al Estado el control total sobre la economía.
Según las encuestas a pie de urna difundidas por canales de televisión privados, el "Sí" a la nueva carta magna cosechó entre un 59 y un 61 por ciento de los votos válidos.
La cifras son inferiores al 67 por ciento que obtuvo Morales en un referéndum revocatorio el pasado mes de agosto, lo que según analistas puede llevar al mandatario a intentar tender puentes con la oposición, que rechaza la nueva carta magna.
Esta es la segunda reforma constitucional de corte socialista en ver la luz en América Latina en los últimos cuatro meses tras la nueva Constitución en Ecuador, profundizando el giro de la región hacia la izquierda.
"Hoy, 25 de enero del 2009, gracias a la voluntad soberana, gracias a la consciencia del pueblo boliviano, se refunda una nueva Bolivia con igualdad y oportunidades para todos los bolivianos", dijo Morales desde uno de los balcones del palacio presidencial en La Paz ante una multitud de seguidores.
Las proyecciones de los canales de televisión mostraron que Morales triunfó ampliamente en las zonas rurales de las tierras altas del occidente, donde es popular entre una comunidad aborigen que representa a dos tercios de la población pero que ha sido relegada durante décadas de la vida política.
La nueva carta magna es muy rechazada en los departamentos de la llanura oriental del país, dominados por descendientes de europeos y desde donde la oposición derechista intentó evitar el año pasado la convocatoria al referéndum con una ola de protestas que dejaron varios muertos.
El texto, que permite a Morales presentarse por única vez a su reelección en unas elecciones adelantadas que se celebrarían en diciembre, establece que las 36 etnias indígenas en Bolivia deben estar representadas en los poderes Legislativo y Judicial.
Además profundiza una reforma agraria al prohibir los latifundios y establece que el Estado ejercerá la planificación de la economía y la administración de los recursos naturales y podrá intervenir en toda la cadena productiva.
"La nueva Constitución va a traer igualdad para todos los bolivianos", aseguró Teresa Penaranda, una ama de casa de 49 años que celebraba en la ciudad central de Cochabamba la victoria del Gobierno agitando una bandera aymara.
RESISTENCIA OPOSITORA
La oposición, dispersa en varios partidos, asegura que la nueva carta magna crearía un Estado totalitario y ahuyentaría las inversiones que el país más pobre de Sudamérica necesita con urgencia.
"Rechazamos un texto instrumento del totalitarismo que pretendía destruir y negar nuestra identidad como bolivianos. Rechazamos un proyecto constitucional divisionista, racista y confrontacional", dijo en un discurso el prefecto del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas.
Además acusó a Morales, un indígena aymara de 49 años, de querer instaurar un régimen centralista alentado por su mayor aliado, el presidente venezolano Hugo Chávez.
Según las proyecciones de las cadenas de televisión, los bolivianos también decidieron en el referendo limitar a 5.000 hectáreas la superficie máxima de las propiedades agrícolas.
Se espera que se den a conocer los primeros datos oficiales del escrutinio en las próximas horas.
Para Morales, la nueva Constitución es la base de su proyecto de "refundación" de Bolivia, que lanzó apenas asumió el cargo a inicios de 2006 cuando decretó la nacionalización de las enormes reservas de gas natural del país.
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