Silvio Berlusconi está empeñado en blindarse judicialmente de nuevo, aunque para ello deba reformar la Constitución mediante un referéndum popular y sin el consenso de la oposición. Para ello, está dispuesto a socavar uno de los pilares de la democracia, el poder judicial.

El primer ministro italiano anunció ayer que va a iniciar 'una revolución' en el ámbito judicial que 'coja al toro por los cuernos' y haga de Italia 'una democracia de verdad, no sujeta al poder de un orden que no tiene legitimidad electoral'.

Berlusconi está convencido de que se puede salir con la suya, pues una de las dos vías de reforma de la Constitución incluidas en su artículo 138 prevé un acuerdo por mayoría absoluta en el Parlamento más un referéndum popular si así lo pide un quinto de los diputados y eso es lo que haría la oposición. El primer ministro tiene mayoría en ambas cámaras gracias al pacto entre su partido, el Pueblo de la Libertad, y la Liga Norte. La otra vía requiere obtener la mayoría de dos tercios de las dos cámaras.

Es la primera vez que Berlusconi relata públicamente sus intenciones de reformar la Constitución tras la anulación por parte de la Corte Constitucional de la ley Alfano que le confería inmunidad judicial. Ayer, tras cargar de nuevo contra el Alto Tribunal y los magistrados que 'usan la justicia a fines de lucha política', Berlusconi expresó en voz alta que quiere recuperar la inmunidad como parlamentario, una medida ya prevista por la Constitución de la posguerra pero que el Parlamento reformó en 1993, tras los escándalos de corrupción política.

Ayer, tanto el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, como el del Senado, Renato Schifani, se mostraron prudentes sobre la posibilidad de optar por un referéndum y dejar a la oposición en la cuneta. Fini recordó que la vía del referéndum no siempre es la mejor consejera: en junio de 2006 el pueblo italiano se opuso a la reforma propuesta por Il Cavaliere para convertir a Italia en un país de corte federal.