Este artículo se publicó hace 13 años.
Los bancos ya compran cajas
El Sabadell ha estrenado la estrategia que los bancos habían perseguido años
Los bancos españoles se pasaron los años de pujanza de la economía española quejándose de que no podían comprar cajas (no tenían acciones que adquirir ni propietarios a los que hacerles las ofertas). Estas se defendían diciendo que podían si compraban todos los activos de una caja, aunque lo decían con la boca pequeña porque sabían que en realidad su original fórmula jurídica hacía esa operación casi imposible. Cuando llegó la crisis, los bancos, que creían mirar a sus competidoras desde una atalaya más segura, decidieron dejar que intentaran solucionar sus problemas solas. Sin entrometerse. Ya llegaría, aseguraban, su momento para tomar cartas en el asunto. Aunque en el último año han presionado a las autoridades para que aceleraran la reestructuración del sector, hasta ahora se han mantenido en un discreto segundo plano, esperando (aunque sin confianza) a que encontraran la fórmula de la salvación. Si así sucedía, ellos se beneficiarían porque mejoraría la imagen del sistema financiero español. Si no sucedía, como así ha sido, llegaría su momento de entrar en el tablero de juego. Y ha llegado. Se acabó aquello de que los bancos no pueden comprar cajas. La crisis ha provocado un vuelco tan grande en la economía y en el sistema financiero español que las cajas ya no son cajas, que los bancos ya compran cajas (o pseudocajas) y que, si pudieran, preferirían no hacerlo. Pero tanto clamaron por ello que ahora les va a tocar hacerlo sí o sí. Podría decirse que es su particular castigo por tanta insistencia.
Ya se encargarán de eso el nuevo Gobierno y el Banco de España. De momento, todos menos el Sabadell huyeron de la compra de la CAM. No podrán hacer lo mismo cuando lo que se ponga a la venta sea CatalunyaCaixa y Novagalicia. El momento de que los bancos tomen cartas en el asunto ha llegado y ya no podrán escabullirse. Tendrán que ejercer de salvadores de las cajas. A las dos grandes que quedan por vender (aunque ahora tengan estatus de banco) sólo pueden comérselas los dos gigantes y La Caixa. Pero luego hay muchas otras detrás que probablemente tampoco puedan seguir como ahora y necesiten fusiones. Ahí les estarán esperando los bancos, que acabarán comiéndose a casi todas.
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