Este artículo se publicó hace 13 años.
La Audiencia Nacional condena a 439 años a los piratas del Alakrana
Los dos piratas somalíes son hallados culpables de 36 delitos de detención ilegal y otros tantos contra la integridad moral
La Audiencia Nacional ha condenado este martes a 439 años de cárcel a cada uno de los dos piratas somalíes Abdu Willy y Raageggesey Adji Haman por el secuestro del atunero vasco Alakrana y que fueron apresados el 2 de octubre de 2009.
Los magistrados de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presididos por Ángela Murillo, encontraron a los dos piratas culpables de 36 delitos de detención ilegal, de otros 36 contra la integridad moral y de delitos adicionales de robo con violencia y asociación ilícita.
Según el tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, "el resultado de la prueba practicada en el acto del juicio ha demostrado, sin duda alguna, que no ha sido la empresa armadora, sino organismos públicos vinculados al Gobierno español, quienes han satisfecho la cantidad que se abonó por la liberación de los tripulantes y del propio pesquero". Por ello, estimó "innecesaria" la petición de desclasificación de documentos que solicitó la defensa de los dos piratas.
A este respecto, el tribunal recuerda que el armador Kepa Etxebarria declaró en el juicio que un "negociador" por parte de los secuestradores, que se identificó como "Yama", se puso en contacto con él para reclamarle la liberación de los dos piratas apresados y un rescate de diez millones de dólares a cambio de la liberación del "Alakrana".
El armador explicó que un hombre que se identificó como "Pepe el de los misteriosos" negoció con los piratas el precio del rescate, que, según Etxebarria, "se redujo desde los diez millones iniciales a algo menos de la mitad".
Durante días "Yama" y "Pepe" negociaron el rescate y "llegados a un acuerdo sobre la cantidad inicialmente exigida", el 17 de noviembre de 2009 acudieron al atunero unos cuarenta secuestradores "a la espera de la recepción de la cantidad negociada, que fue arrojada, desde una avioneta, en el interior de dos cilindros que cayeron al mar junto al pesquero " y que fueron recogidos por los asaltantes que acto seguido abandonaron el buque, que quedó liberado.
Según el tribunal, la prueba "más contundente" para condenar a los dos piratas ha sido el testimonio de los tripulantes españoles que "han narrado, de viva voz, con la emoción propia de tener que recordar un período de tiempo que quisieran olvidar, no sólo el hecho de haber sido privados de libertad" sino "las vejaciones constantes" a las que fueron sometidos.
En la noche del 2 al 3 de octubre, los dos acusados abandonaron el pesquero en su esquife, lo que permitió que fueran interceptados por los servicios de vigilancia del Centro de Operaciones, Vigilancia y Acción Marítima (COVAM).
Tras la detención de los dos piratas, "aumentaron las formas de intimidación hacia la tripulación" y, en una "simulación de fusilamiento", les obligaron a subir al puente del "Alakrana" y "empezaron a disparar por encima de sus cabezas, ráfagas con rifles, metralletas montadas en sus trípodes y bazokas, burlándose y haciendo mofa del pánico que mostraban sus caras".
El tribunal sostiene que las vejaciones a la tripulación "unas veces humillantes y otras escalofriantes" coincidían con "el vaivén de las negociaciones".La Sala no ha creído la versión de los acusados, que aseguraron haber sido también ellos víctimas del secuestro mientras pescaban, y la califica de "increíble" porque además de carecer de "fundamento lógico", no llevaban en el esquife ningún artilugio de pesca.
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