Este artículo se publicó hace 14 años.
Antonio Vega vuelve a la vida en el Palacio de Deportes de Madrid
Puede que en vida fuese un solitario empedernido, pero Antonio Vega no estaba solo esta noche en el Palacio de Deportes de Madrid, donde diez mil espectadores y 25 artistas y grupos se dieron cita para demostrar que el legado del músico madrileño sigue muy vivo.
Si un compositor respira, siente y vive a través de sus canciones, no cabe duda de que Antonio Vega será inmortal. Nadie lo resumió mejor en "¡Viva Antonio!" que El Gran Wyoming: "Mientras vosotros estéis aquí, Antonio existirá".
Ha pasado casi un año desde que un cáncer de pulmón se lo llevara de este mundo, pero la herida está lejos de cicatrizar. Eventos como "¡Viva Antonio!" sirven no sólo a modo de catarsis colectiva, sino que permiten rendir merecido homenaje a uno de los autores más importantes del pop español.
Organizado por su hermano Carlos y su primo Nacho García Vega, el concierto se convirtió en un desfile de grandes nombres al que no quisieron faltar Enrique Morente, Miguel Ríos, Ketama, Quique González, Burning o Rosario, ninguno de los cuales escatimó palabras de elogio para su fallecido compañero de profesión.
Pasaban pocos minutos de las diez cuando una proyección dio el espectáculo por iniciado. Con el corazón en un puño, los presentes en el recinto capitalino no apartaron su vista del vídeo que repasó en imágenes la trayectoria de Antonio Vega, una sucesión de instantáneas que bailaron al ritmo de "La última montaña".
Con el pianista Basilio Martí al frente, la banda de acompañamiento de Antonio Vega ofició como grupo base para todos los artistas que subieron al escenario, ya fuera para atacar alguna de sus piezas en solitario o de las correspondientes a su etapa en Nacha Pop.
El Gran Wyoming tuvo el privilegio de agarrar el micrófono en primer lugar para cantar "Antes que salga el sol", mientras que Pau Donés se dedicó a lanzar rosas blancas y rojas al tiempo que daba cuenta de "Háblame a los ojos".
EL rock irrumpió en escena con Germán Coppini y "Enganchado a una señal de bus", que dejaron su puesto a Mamá -"Persiguiendo sombras"-, Cómplices -"Una décima de segundo"- y Tam Tam Go! -"Desordenada habitación"-.
"Antonio, a ver si hoy lo conseguimos y somos capaces de acariciarte un poco los oídos", declaró Johnny Cifuentes, cantante de Burning, antes de que sonaran las primeras notas de "Relojes en la oscuridad".
Visiblemente emocionado, el periodista Santiago Alcanda leyó un par de textos de Antonio Vega que dieron paso a las actuaciones de Cristina Narea, Nacho Béjar, Shuarma, La Unión y Coti, especialmente acertado éste último en su interpretación de "Cada uno su razón".
Encargada de "El sitio de mi recreo", Rosario llevó la melancolía a las gradas con una de las pocas melodías que se animó a corear el respetable, algo frío y distante a lo largo de una velada que requería mayor implicación emocional.
Quique González, Coque Malla y Carlos Tarque anticiparon la llegada de Miguel Ríos, que ocupó las tablas para poner su voz a "Tesoros". "Antonio, que lo sepas, tus compañeros somos tus primeros fans", señaló el artista granadino.
En uno de los momentos más intensos de la noche, Carlos Vega cantó "Lucha de gigantes" antes de presentar a Ketama, a cuyos componentes agradeció que se volvieran a reunir "para dedicarle este homenaje a Antonio".
El presidente de la Academia de Cine, Alex de la Iglesia, dio la bienvenida a Nacha Pop como aperitivo del fin de fiesta, en el que todos los participantes se juntaron sobre el escenario para cantar "Chica de ayer".
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