Este artículo se publicó hace 16 años.
Los antitaurinos saltan al ruedo
El activismo contra las corridas de toros pasa de recoger firmas a protagonizar protestas in situ
“¡La gente de la plaza quería matarme!”. José Valle se descolgó el pasado jueves junto a Tomás Eugenio, otro activista antitaurino de la Ong Igualdad Animal, por la fachada de la plaza de toros de Las Ventas (Madrid) con dos pancartas que reivindicaban la “abolición” de la fiesta nacional. En plena corrida. “Entraron cinco compañeros en el recinto. Dos con pancartas, dos para protegerles y un quinto encargado de simular un desmayo para distraer la atención de la gente”, detalla una de las mentoras del plan. Una vez completada la misión, José denuncia que un aficionado irritado intentó soltar los mosquetones que le sostenían en el aire. “Menos mal que un compañero lo evitó. Desde abajo le gritaban que me cortase las cuerdas. Están locos”.
Como ellos, en los últimos meses, las organizaciones antitaurinas han echado mano del ingenio y la sorpresa para endurecer sus protestas y recuperar el espacio que estaban perdiendo en los medios de comunicación. Las recogidas de firmas son efectivas sólo en casos puntuales y las performances en la calle han perdido tirón. Las novedades para la temporada primavera 2008 pasan por un activismo más protagonista que desde los colectivos taurinos se ve como una simple “provocación”.
Nervios, miedo y tensión
“Quitarles unos minutos en sus propias fiestas no es ningún fastidio. Lo que tiene delito es el maltrato que hacen ellos con los animales, no nuestras protestas”, critica Sara Lago, de la asociación Equanimal. Ella y otros cinco jóvenes saltaron al ruedo de Las Ventas
el pasado día 5 con la misma reivindicación que Tomás y José. “Sólo gritábamos ¡abolición!, pero pasamos miedo, nervios y mucha tensión por la cantidad de gente que nos insultaba”, recuerda.
Algunas organizaciones como la Plataforma para la Defensa de la Fiesta ya han anunciado medidas legales contra los activistas. “No vamos a permitir que le saquen partido a la foto sólo ellos”, amenaza su portavoz, Luis Corrales. “Han hecho manifestaciones en nuestras citas más importantes como la Feria de abril o la corrida de José Tomás
en Barcelona y ahora vienen con esto. Parece que tengan una competición entre ellos a ver quién la lía más gorda”.
Por la vía diplomática y tras solicitar que dejen de emitirse corridas de toros en TVE, el portavoz del grupo Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), Joan Herrera, ha presentado una batería de preguntas en el Congreso de los Diputados para conocer, entre otras cuestiones, la postura del Gobierno respecto a las corridas de toros y la financiación que reciben tanto los organizadores como las peñas y asociaciones.
“Es una muestra de cinismo que hayan aprobado una ley contra el maltrato animal y hayan excluido las corridas”, critica Herrera. “Se justifican alegando que son una fiesta cultural y tradicional de España, pero no podemos olvidar que implican un sufrimiento y una tortura a estos animales”.
El interés por las corridas
El interés de los españoles por esta tradición ha perdido peso con el paso de los años. El 55% de españoles que estaban interesados en los festejos en la década de los setenta se redujo hasta el 50% en los ochenta, y en torno al 30% en la última década del siglo XX. En julio de 2002, el estudio Intergallup cifró en 68,8% el índice de españoles que no mostraba ningún interés por las corridas de toros. Tanto en discusiones de bar como en manifestaciones, estos datos se han convertido en uno de los pilares del argumentario antitaurino y se ha convertido en el dato de referencia de sus activistas.
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