Este artículo se publicó hace 16 años.
Años cincuenta: marido alcoholizado, matrimonio feliz
María Serrano
Una mujer solicita a una pitonisa que descubra en su bola de cristal cómo puede aplacar los "terribles accesos de cólera" de su marido.
En las imágenes se ve cómo él la intimida, le cruza la cara y después se va de casa. La bruja pregunta: "¿Has pensado que tu marido trabaja muchas horas y tiene derecho a encontrar un agradable recibimiento en casa?".
La mujer asiente sorprendida de su necedad y la pitonisa sentencia: "¡Que nunca le falte su copita de coñac Soberano!".
Los espectadores vuelven a ver la casa donde la mujer ofrece la bebida al marido, sentado en su sillón leyendo el Boletín Oficial del Estado (!). Él agradece la atención con un cariñoso beso. ¿La conclusión de este ‘spot' de los años cincuenta? Marido alcoholizado, matrimonio feliz.
Éste es tan sólo uno de los innumerables casos de publicidad machista que Vicente Fernández de Bobadilla, periodista y colaborador de Público, recoge en el libro Es cosa de hombres.
Se trata de un repaso a los anuncios del franquismo, desde la censura inicial que impedía a un anunciante de medias mostrar una pierna hasta los primeros ‘spots' de la mujer objeto.
Según el autor, el elemento común en la publicidad de los años 1939 a 1975 es que a ellas se les considera seres "inferiores".
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