Este artículo se publicó hace 16 años.
Advierten del "preocupante" aumento de la publicidad sexista dirigida a niños
La profesora de Técnicas del Mensaje Periodístico y de Comunicación Especializada de la Universidad de Málaga Elena Blanco advierte del "preocupante" aumento de publicidad "totalmente sexista" dirigida a los niños, que sufren "un bombardeo" de anuncios con una clara discriminación de roles.
Elena Blanco afirma, en una entrevista a Efe, que la publicidad que menos le preocupa es "la provocadora y evidente", como un anuncio de la firma Dolce y Gabanna en el que aparecían varios hombres encima de una modelo tendida en el suelo, y que fue retirada ante las críticas de diversas instituciones.
Esa es una publicidad "que indigna y que hay que combatir", pero también opina Elena Blanco que muchos publicistas hacen este tipo de anuncios deliberadamente porque saben que va a haber un escándalo y los institutos en defensa de la mujer "van a poner el grito en el cielo".
Sin embargo, prosigue, hay "un bombardeo infantil de publicidad totalmente sexista" que se percibe especialmente en Navidad, pues cada año aumenta el porcentaje de anuncios que llevan a la separación de roles entre sexos.
Hace años hubo "un esfuerzo" para que esta separación no fuera evidente, pero actualmente se vuelve a una publicidad infantil en la que los niños juegan con juguetes de creatividad, como los mecanos, y las niñas con muñecas, añade la profesora.
A esta publicidad se añaden los anuncios dirigidos a la mujer en los que se la ve utilizando electrodomésticos y productos del hogar, y que inculcan de nuevo la vuelta a los valores tradicionales.
Un anuncio en el que una mujer pone la merienda a los niños "tiene un efecto subliminal" pero "no hay elementos legales para prohibirlo", explica Blanco, quien aboga por establecer medidas entre todos los organismos que velan por la imagen de la mujer y desarrollar en este aspecto la ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
A su juicio, debe desarrollarse esta normativa en lo referente a la educación en valores de igualdad, pues se ha centrado en tratar a las víctimas de la violencia machista pero no se ha hecho prácticamente nada en cuanto al aprendizaje de los niños.
Blanco, que participó en Tenerife en unas Jornadas Regionales sobre Medios de Comunicación y Violencia de Género organizadas por el Instituto Canario de la Mujer y la Universidad de La Laguna, alerta sobre la incidencia de la publicidad sexista en el comportamiento infantil.
"Los niños se ven bombardeados con mensajes que no se perciben explícitamente como discriminatorios y además ellos no saben discernir, igual que las personas adultas sin formación", precisa.
Se trata de una situación que necesita otra vez "de cierta acción de protesta" porque la sociedad "se ha relajado mucho y queda muchísimo por hacer" en el terreno de la igualdad, advierte la profesora.
El problema es que las leyes "no sustituyen a los valores culturales" y la que regula la publicidad es "básicamente mercantil", pues no trata sobre los derechos de las personas que reciben los mensajes publicitarios, lo que reivindican los colectivos feministas.
En su opinión, estos colectivos deberían además ponerse de acuerdo para solicitar que las disposiciones "que ya hay sean eficaces", como el autocontrol en los contenidos audiovisuales en el horario infantil no sólo en lo referente a los programas, sino a la publicidad.
Al respecto, señala que el consejo audiovisual en Francia tiene poder sancionador si una televisión "se extralimita", y puede incluso retirarle la concesión.
Además, en un porcentaje "muy elevado" las consumidoras de productivos publicitarios no son mujeres que asuman el problema de la discriminación como algo grave, pues conservan unos valores tradicionales y se sienten culpables si trabajan, ya que piensan que han abandonado a sus hijos.
Ante esta situación los publicistas diseñan campañas "agresivas" que bordean la línea de lo que es aceptable, puntualiza Elena Blanco.
También advierte sobre "el paso atrás tremendo" que suponen los llamados "culebrones" televisivos, que inicialmente encontraron el rechazo de las feministas y que las televisiones han vuelto a emitir ante el éxito de audiencia.
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