Este artículo se publicó hace 15 años.
El acelerador de partículas puede arrojar nueva luz sobre el antiguo Egipto
Una luz 10.000 millones de veces más brillante que la del Sol, obtenida gracias a un acelerador de partículas, puede ser la herramienta esperada por los científicos para conocer detalles hasta ahora ocultos del antiguo Egipto.
Se trata de un haz de luz producto de la intensa radiación que genera la llamada Fuente de Luz Diamante (DLS por sus siglas en inglés), una tecnología que forma parte del sincrotrón situado en Oxfordshire (sur de Inglaterra) y por la que ya se han interesado los responsables del British Museum de Londres para poder realizar exámenes exhaustivos, y no invasivos, de sus tesoros egipcios.
Tres pequeñas estatuas del British serán las primeras a ser sometidas a una sesión de este potente aparato de rayos X y les seguirán momias y sarcófagos, según se anunció durante la conferencia sobre el Avance de la Ciencia que se celebra en Chicago (EEUU).
El diario "The Times" recoge hoy las declaraciones de Jen Hiller, una de las responsables de la DLS, quien explicó que los arqueólogos "podrán usar este rayo único para hurgar con profundidad en artefactos antiguos preciosos de una manera no invasiva".
"Nunca antes ha sido posible hacer un escáner, ni lograr imágenes de las piezas más grandes con tanta precisión", añadió Hiller, quien explicó que las instalaciones del acelerador de partículas de Oxfordshire permiten albergar objetos de grandes dimensiones.
El gran tamaño de las instalaciones estaba pensado originalmente para poder estudiar la fatiga del metal de las estructuras de los aviones comerciales, con el fin de evitar accidentes, pero los responsables del British se dieron cuenta de que sirve también para las piezas grandes que hasta ahora sólo podían mirar por partes.
"Vamos a poder examinar por ejemplo sus estatuas de bronce a tamaño natural. (Los egiptólogos) no están seguros de cómo fueron fabricadas. Tampoco están seguros de cuántas veces fueron reparadas. Nos dará la oportunidad de ver su interior. Los egipcios solían esconder cosas dentro de sus estatuas", dijo Hiller.
Janet Ambers, del British Museum, confirmó el interés del museo por aprovechar esta tecnología: "Nos ayudará a dar respuesta a cuestiones relacionadas con los materiales y la tecnología que utilizaban para construir las estatuas, y nos dará información sobre cómo fueron modificadas en sus restauraciones del siglo XIX".
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