Este artículo se publicó hace 14 años.
El abandono de Nadal ensombrece su futuro
Hace un año, Rafa Nadal estaba camino de la inmortalidad en el tenis. Doce meses después, la carrera meteórica del español no sólo se ha ralentizado, sino que parece haberse detenido completamente.
El camino ya no aparece tan claro, por culpa de una lesión crónica en las rodillas. Nadie, ni siquiera Nadal, está completamente seguro del alcance de las tendinitis.
Desde luego fueron lo suficientemente importantes como para que renunciara a defender su título en Wimbledon en 2009 y como para que el martes por la noche tirara la toalla y se retirara del partido de cuartos de final del Abierto de Australia contra Andy Murray.
El encuentro estaba mediado el tercer set y ya parecía claro que Nadal iba a caer derrotado después de haber perdido los dos primeros sets y haber perdido el servicio en el primer juego del tercero.
"Puedo ir al límite, pero no más allá", dijo Nadal, según fue citado por el diario AS del miércoles.
"Tengo bastante claro lo que tengo. Es similar a la lesión del año pasado, aunque esa fue por una sobrecarga de partidos y me dolía a diario".
Nadal se ha hecho una reputación de ser uno de los competidores más fieros en este deporte, por lo que su imagen cojeando al subir a la red para estrechar la mano de Murray, con el que se disculpó por haberse retirado, supuso un amargo contraste.
el primer grande del año -, cuando logró ganarlo por primera vez en una épica final a cinco sets con Roger Federer.
Federer acabó llorando en la entrega de trofeos, mientras el mallorquín recibía la copa de manos del histórico tenista australiano Rod Laver, que da nombre a la pista central del torneo. Fue un momento simbólico: el ex número uno del mundo sollozando de fondo y el mundo del tenis saludando la llegada de un nuevo maestro.
Además, era la quinta vez que Nadal derrotaba al suizo en la final de un grand slam. Las primeras tres fueron en Roland Garros, donde el español se ha coronado rey, pero también le superó en Wimbledon y Melbourne Park, sobre superficies en teoría más favorables a Federer.
El suizo se estaba acercando al récord de Pete Sampras de 14 grand slams, pero su candidatura a mejor tenista de todos los tiempos se vio frenada por el ascenso meteórico de Nadal.
La victoria en Australia con 22 años supuso su sexto grande. A esa edad, Federer había ganado solo uno y Sampras, tres. Un año después, Nadal sigue con seis, y el séptimo parece cada vez más lejos, aunque él, fiel a su estilo, no se rinde.
"La mala suerte no puede ser eterna", dijo el mallorquín. "No va a ser una lesión que me tenga apartado de las pistas, o eso espero".
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