Las respuestas de Bruselas sobre las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TTIP por sus siglas en inglés) entre la UE y EEUU siguen siendo genéricas incluso desde las más altas instancias y apenas pasan de puntillas sobre los puntos flacos del polémico acuerdo, que sigue siendo negociado con sigilo a pesar de las críticas recibidas.

Al menos, esto es lo que se deduce de las respuestas del comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, a las preguntas de este diario durante la rueda de prensa inaugural de la Semana Verde Europea, que ha arrancado este martes en la capital belga: “Estamos siguiendo muy de cerca las negociaciones, estamos al tanto y tenemos representación en estas negociaciones [...] el Tratado no tiene que perjudicar la preservación del medio ambiente, es nuestra posición desde el principio”.

Sus palabras ─práctimamente vacías de contenido─ llegan después de que varios colectivos, ONG y partidos políticos hayan advertido repetidamente de los peligros que entraña un acuerdo comercial de este tipo con EEUU por, por ejemplo, la probada influencia de los lobbies empresariales sobre el tratado. Eso, por no hablar de la inclusión de un polémico mecanismo de arbitraje y resolución de litigios entre estados y empresas que permitirá a las multinacionales inversoras demandar a los países que apliquen cambios normativos que puedan perjudicar sus inversiones, o del reconocimiento mutuo de los estándares de ambas partes, que conlleva la aceptación de las normativas más laxas, en este caso las estadounidenses.

En relación a este reconocimiento mutuo, Potocnik también se ha expresado este martes asegurando que el nivel de exigencia de las normas medioambientales en EEUU varían en cada Estado: “Si compara los estándares de California con los de la normativa Euro5, no podría creer lo adelantados que van con respecto a Europa, no están detrás”, aseguró el comisario.  “Tenemos que ser un poco prudentes. EEUU protege a sus ciudadanos, sus propias ciudades, probablemente mejor de lo que lo hacemos nosotros. Por otro lado, en algunas cosas está claro que estamos mejor, pero por resumir: sabemos que el TTIP es algo importante, es un acuerdo entre las dos economías de mercado más avanzadas del mundo, y nos gustaría que fuera más sencillo, pero no vamos a descuidar la protección del medio ambiente”, ha concluido, sin dar una sola pista de cuáles son las medidas que está tomando la CE para garantizar el cumplimiento de este último punto.

Los aspectos más preocupantes del TTIP también fueron dejados a un lado este lunes por el jefe de las negociaciones en Bruselas, Ignacio García Bercero, que llegó a afirmar que la UE y EEUU 'tienen valores comunes, como la protección del medio ambiente y los trabajadores', a pesar de las lagunas más que claras ─un ejemplo son las condiciones que reclamaba Adelson para instalar Eurovegas en Madrid─ en varios aspectos. 'De hecho, gran parte de los vehículos comercializados en EEUU hoy no podrían venderse en la UE porque no respetan la normativa medioambiental ¡Euro5 ─a la que aludía Potocnik─, que podría verse anulada de facto si se aplicara el reconocimiento mutuo y las empresas de EEUU pudieran vender estos vehículos en el Viejo Continente.

Bruselas acoge estos días la Semana Verde 2014, la mayor conferencia anual sobre la política europea de medio ambiente. Del 3 al 5 de mayo, la economía circular,  la reutilización y la sostenibilidad serán algunos de los conceptos más utilizados en las conferencias celebradas en la capital belga, a las que están acudiendo cientos de expertos, representantes de empresas, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación.

El propio presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha participado en la inauguración de estas jornadas, en la que los representantes instituciones han insistido en la necesidad de innovar en el sector medioambiental para lograr una economía circular y no lineal; una economía de reutilización de recursos.