Este artículo se publicó hace 16 años.
24 horas en Lugo: de vinos por una ciudad romana y medieval
Casi tan célebre como su muralla romana o como su Catedral, es la "calle de los vinos" de Lugo, que permite realizar un recorrido por el corazón de su casco histórico acompañados de ricos blancos y tintos de la tierra

Arte y gastronomía. Patrimonio y ajetreo comercial. Tiempo para descubrir las huellas de los romanos pero también para disfrutar de los albariños, los blancos jóvenes, los vinos de Valdeorras o de la Ribeira Sacra... 24 horas en Lugo dan para mucho; sólo hay que organizarse y empezar temprano la jornada. Incluso, si es posible, antes de entrar en Lugo hay que dedicarle un tiempo a transitar por las orillas del Miño, para comprobar de qué manera este espacio, declarado Reserva de la Biosfera por su inmenso valor natural, ha definido la historia, la impronta y hasta el carácter de esta ciudad romana, Lucus Augusti, que fue fundada por Paulo Fabio Máximo en el año 15 ó 13 a.C.
La visita bien puede comenzar a orillas del río, donde se encuentran el hotel Balneario, en cuyo interior se pueden visitar los restos de las termas romanas, y la "ponte vella" o puente viejo, de origen romano, que después de sus numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, sigue siendo el paso principal del río para entrar en la ciudad. O para salir de ella siguiendo el trazado del Camino Primitivo de Santiago, que pasa por aquí después de atravesar la ciudad vieja de parte a parte.
Visitar el Centro de Interpretación de la Muralla, que aloja también la oficina municipal de turismo, es de gran utilidad antes de iniciar la visita al casco histórico; además de ofrecer una valiosa información sobre el gran muro romano lucense, el centro orienta sobre todas las posibilidades de visita a la ciudad, incluidas las teatralizadas, que funcionan habitualmente entre julio y septiembre. Con estos datos en la mano, el recorrido por el adarve de la muralla, al que se accede, entre otros, por el acceso de la porta de Santiago, es obligatorio. Y toda una experiencia.
Pasar 24 horas en Lugo es descubrir una ciudad donde la alegría y el bullicio son compatibles con un cierto aroma de misterio que permanece por los siglos de los siglosJunto a la porta Miñá, que es la que mejor se conserva de todas las puertas romanas de la ciudad, se encuentran la capilla del Carmen y la sala de exposiciones Porta Miñá, donde se exhiben algunas piezas tan imponentes como el valioso miliario fundacional de la ciudad, del siglo I a.C. Muy cerca, siguiendo en sentido inverso la señalización del Camino Primitivo de Santiago, o Vía Romana XIX, se llega hasta la praza Maior, donde coinciden la Casa do Concello o el Círculo das Artes.
Antes de llegar a la praza Maior hay que pasar por la Casa dos Mosaicos, donde se pueden admirar, in situ, los restos de una gran domus romana, y tampoco hay que olvidarse de buscar un hueco para subir hasta los "ojos" de A Mosqueira, junto a la porta de San Pedro, los únicos arcos que se conservan de las antiguas torres romanas, y todo un símbolo de la ciudad.
La visita a la Catedral y a su Museo Diocesano, curiosamente instalado en la tribuna catedralicia (lo que permite admirar muy de cerca sus vidrieras y su arquitectura), cierran las visitas de la mañana, antes de marcharse de tapeo por la calle de los vinos o de reservar mesa, también por la zona, en alguno de los espléndidos restaurantes de Lugo.
Para la tarde, quizás escaparse al sorprendente ninfeo romano de Santa Eulalia de Bóveda, a 14 kilómetros de la capital, pero sobre todo reservar una buena parte de nuestro tiempo para el Museo Provincial, donde las piezas arqueológicas y artísticas compiten con los restos arquitectónicos que se conservan del antiguo convento de San Francisco, donde se ubica.
Y volver a la carga con la caída del sol, una vez realizadas las compras oportunas por la rúa da Raíña o la del Progreso, por las inmediaciones de la calle de los vinos. Y para el que quiera todavía proseguir con su descubrimiento de Lugo, entre copas y, acaso, buena música celta en vivo, la diversión por los garitos de los alrededores de Campo Castelo continúa hasta la madrugada...
Información Práctica
Oficina de Turismo/Centro de Interpretación de la Muralla
Praza do Campo, 11. Tel. 982 25 16 58/29 73 47. www.lugoturismo.com
Hotel Balneario (termas romanas)
Barrio del Puente. Tel. 982 22 12 28. www.balneariodelugo.com
Sala de exposiciones Porta Miñá
Carme, s/n. Tel. 982 25 09 62.
Casa dos Mosaicos
Doutor Castro, 20/22. Tel. 982 25 48 15.
Catedral
Accesos por la praza de Santa María o la praza de Pío XII. Tel. 982 23 10 38. www.diocesisdelugo.org
Santa Eulalia de Bóveda
Santalla de Bóveda de Mera. Tel. 609 23 77 79. www.lugoturismo.com
Museo Provincial
Praza da Soidades, s/n. Tel. 982 24 21 12. www.museolugo.org
Dónde comer
"Para comer, Lugo", decía un viejo eslogan turístico lucense. Sigue siendo verdad. El restaurante Campos (tel. 982 22 97 43), el Mesón de Alberto (tel. 982 22 83 10) o Verruga (tel. 982 22 95 72) son verdaderos clásicos de la ciudad, a los que hay que añadir otras propuestas muy recomendables, como Tosar (tel. 982 24 54 41) o el España (tel. 982 24 27 17) o nuevas opciones como la Vinoteca Casa da Auga (tel. 669 38 57 61). A pocos kilómetros de Lugo, y en entornos naturales extraordinarios hay que tener en cuenta también los restaurantes de la Casa da Fervenza (tel. 982 15 06 10) o del Mazo de Santa Comba (tel. 902 10 11 17).
Dónde dormir
En el hotel monumento Pazo de Orbán e Sangro (tel. 982 24 02 17), un cuatro estrellas delicioso que pone un punto de encanto sobre clásicos como el Gran Hotel de Lugo (tel. 982 22 41 52) o el Méndez Núñez (tel. 982 23 07 11). El Husa Puerta de San Pedro (tel. 982 22 23 81) aporta su arquitectura contemporánea.
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