Este artículo se publicó hace 14 años.
0-2. El Sporting sigue en caída libre y el Valladolid se agarra a la permanencia
El Sporting sigue en caída libre y encajó su cuarta derrota consecutiva, dos de ellas ante equipos como Tenerife y Valladolid, mientras que este último, a las órdenes de Javier Clemente, ha encontrado en la victoria lograda hoy en El Molinón un argumento más en su sueño de permanencia en Primera.
Tinerfeños y pucelanos descubrieron en El Molinón un campo propicio para mantenerse en la lucha por seguir en la máxima categoría y a la vez complicaron la vida a los gijoneses que llevan una trayectoria similar a la de la pasada temporada en el tramo final de la liga.
El partido entre el Sporting y el Valladolid era tomado por los de casa como el señalado para lograr los puntos de la tranquilidad y por los pucelanos para seguir con vida en la categoría; la presión se notó a lo largo de la primera mitad en la que los nervios jugaron varias malas pasadas a ambos equipos, atenazados por la importancia de los puntos en juego.
Clemente se presentó en El Molinón con una alineación con cinco defensas y dos medio centros más contenedores que organizadores, por lo que sus intentos ofensivos eran a través de balones largos para que Manucho o Diego Costa, que fueron con diferencia los dos mejores hombres sobre el terreno de juego durante la primera mitad.
El primer balón que llegó a Diego Costa ya supuso peligro para una defensa local que empezó el partido muy nerviosa e imprecisa con falta de entendimiento con su portero de lo que se trataban de aprovechar los hombres más adelantados del Valladolid, aunque Juan Pablo apenas tuvo que intervenir a disparos de los rivales.
Por su parte, el Sporting siguió fiel a su manera de jugar y trató de mover el balón por las bandas, pero lo hacía con demasiada lentitud, lo que permitía a la defensa pucelana colocarse y cerrar todos los huecos.
Además, Barral, otras veces empeñado en jugadas personales, hoy lo único que hizo fue faltas, frustrando incluso buenas ocasiones de sus compañeros, hasta el punto de que se llevó la bronca de éstos y de un amplio sector de la grada.
Dos balones de De las Cuevas -el primero sobre Barral, que disparó flojo; y el segundo sobre Diego Castro, que lo hizo mejor, pero su tiro rebotó en un defensa- crearon las primeras ocasiones del Real Sporting, que, poco a poco, fue haciéndose con el control del balón mientras que el Valladolid insistía con balones largos en los que Manucho y Gregory mantenían una dura pugna.
Luis Morán hizo un caño a Sereno, se fue por la banda y centró raso sobre la llegada de Barral, que remató flojo, en otra clara ocasión para los gijoneses, que llegaron más a la portería rival pero sin acierto y sin posibilidad por parte de Manolo Preciado de hacer cambios, ya que, sancionado Bilic, el técnico no contaba con ningún delantero más en el banquillo.
El partido no tenía continuidad, porque se producían constantes faltas e interrupciones, lo que beneficiaba más el juego visitante que el local. A falta de 8 minutos para el descanso, Lora hizo una falta sobre Diego Costa cerca de un córner y fue Pelé el que lanzó directo sobre la portería rojiblanca, saliendo el balón rozando el larguero.
Al Sporting no le sentó bien el descanso, porque salió completamente dormido, perdiendo balones constantemente y el Valladolid se vino arriba. Nauzet avisó desde fuera del área con un disparo muy potente que rechazó Juan Pablo con apuros en la primera de varias llegadas pucelanas y los peores momentos de los gijoneses, incapaces de dar dos pases seguidos.
La grada comprendió lo delicado del momento y comenzó a rugir en apoyo de su equipo que, no obstante, siguió a merced del rival, aunque el apoyo de sus aficionados le hizo empezar a jugar con un poco más de velocidad en especial por la banda derecha pero Jacobo seguía sin tener que intervenir.
A los locales se les siguió complicando el partido con la lesión de Canella, que obligó a Preciado a dar entrada a Sastre en el lateral derecho y cambiar de banda a Lora. Aunque fue una coincidencia, el Sporting empezó a llegar un poco más al área rival y el Valladolid frenó un tanto su ímpetu del primer cuarto de hora.
Pero tanto fue el cántaro a la fuente que el Valladolid acabó por lograr su objetivo a once minutos del final, en un balón largo sobre la internada del joven Keko, cuya entrada fue decisiva.
Keko controló con gran técnica y mandó un centro medido sobre la cabeza de Manucho, que remató al fondo de la red en medio de la euforia de los 300 aficionados castellanos y la desesperación de los más de 24.000 gijoneses, que veían como jornada a jornada su equipo se acerca a las posiciones de descenso.
Los últimos minutos fueron desquiciantes por las entradas y los enfrentamientos de los jugadores, que propiciaron las expulsiones de Maldonado y Del Horno; así como la decisión de Clemente de sustituir al joven Keko, el jugador que revolucionó a su equipo en la segunda parte por Luis Prieto a falta de cinco minutos para defender a toda costa los tres puntos.
En la última jugada del partido, Baraja metió el pie lo justo para establecer el 0-2 en el marcador tras un mal entendimiento entre Juan Pablo y su defensa.
- Ficha técnica:
0; Real Sporting: Juan Pablo, Lora, Botía, Gregory, Canella (Sastre m 68), Rivera, Lola (Maldonado m 82), Luis Morán, De las Cuevas, Diego Castro (Kike Mateo m 70) y Barral.
2; Real Valladolid: Jacobo, Pedro López, Sereno, Nivaldo, Del Horno, Barragán, Pelé, Baraja, Nauzet (Keko m 59 (Luis Prieto m 87)), Manucho y Diego Costa.
Goles: 0-1, m.79: Manucho. 0-2, m.90: Baraja.
Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó al segundo entrenador del Sporting Iñaki Tejada por retener un balón que salió a la banda y a Maldonado (m. 84). Mostró tarjetas amarillas a Botía (m. 11), Diego Costa (m. 11), Nivaldo (m. 13), Del Horno (m. 28 y 84, por lo que fue expulsado), Pedro López (m. 72), Kike Mateo (m. 87)
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de Primera división disputado en el estadio de El Molinón, que registró un lleno, con asistencia de 24.500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Antonio Samaranch, presidente de honor del Comité Olímpico Internacional (COI).
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