La Unión Temporal de Empresas (UTE) que construyó la pista del Palma Arena, proyecto clave del Gobierno de Jaume Matas (PP), dobló el precio de la obra falseando datos laborales, según el arquitecto holandés Sander Douma, quien se hizo cargo de esta zona de la infraestructura tras la destitución del alemán Ralf Schürmann, autoridad internacional en diseño y construcción de velódromos.

Douma, que compareció la semana pasada ante el juez de instrucción número 3 de Palma, José Castro, presupuestó la pista en 898.000 euros, incluidos sus honorarios. Envió su estimación a los hermanos García Ruiz, los arquitectos imputados en el caso que se hicieron cargo del proyecto que inició Schürmann, y que cobraron por ello 9 millones. Para realizar el trabajo pidió 15 carpinteros para terminar la obra a tiempo para que se celebrase el Mundial de Ciclismo de 2007.

La Unión Temporal de Empresas encargada de las obras del pabellón, y formada por FCC y Melchor Mascaró, se los puso a su disposición, pero a cambio facturó el trabajo como si lo hubieran hecho 30 obreros y por un monto de 900.000 euros. Ese desfase hizo que la pista costara dos millones, casi el doble de lo presupuestado por Douma. La factura no la pagaron los hermanos García Ruiz, como debería haber sido, según los investigadores, sino la UTE.

El responsable de la pista no entiende cómo pudo llegar a costar tanto, ni la pista ni el velódromo, como tampoco comprende que se desoyera su consejos de terminar antes la cubierta.

Douma alertó que, de no estar terminado el techo, la madera, alerce siberiano, podía sufrir las inclemencias del tiempo. Y ocurrió: la lluvia cayó sobre la pista astillándola y llenándola de humedad. Un hecho que ahora impide que el Palma Arena se use para aquello para lo que se construyó, ya que la Unión Ciclista Internacional (UCI) se ha negado a homologarlo este año.