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El PP no se cierra a un Ejecutivo con Vox en Andalucía

Elías Bendodo, mano derecha de Juanma Moreno, afirma: "Me preocupa bastante más que en un gobierno esté Podemos que Vox". La caída de las expectativas electorales de Ciudadanos y el auge de la ultraderecha podrían, tras los aún lejanos comicios, dar lugar a una ruptura de los bloques –derecha, izquierda– que hoy dominan la política andaluza

Elías Bendodo, consejero de la presidencia.
Juanma Moreno, presidente de la Junta, en el Hospital Militar de Sevilla. Una imagen de archivo–Junta de Andalucía.

Aún quedan un año y nueve meses para, si no se produce un adelanto, las próximas elecciones andaluzas, todo un mundo, en el que pueden pasar muchas cosas –incluidos cambios de liderazgo en PSOE y Ciudadanos–. El periodo de bula del nuevo gobierno andaluz, formado por una coalición de PP y Cs, ha terminado. La gestión de la pandemia y el cruce del Rubicón, del ecuador de la legislatura en Andalucía, y el hecho de que los próximos comicios en España serán en la Comunidad ha agitado a los partidos de la derecha que hasta ahora navegaban con placidez y ha sacudido, al calor de los resultados en Catalunya y de los sondeos, los equilibrios en los que se ha sustentado hasta ahora la alianza entre PP y Ciudadanos con los apoyos de Vox.

El socio parlamentario, Vox, después de los comicios en Catalunya, que certificaron su auge, ha metido la directa y ha puesto en jaque al gabinete del presidente Juanma Moreno (PP) con la censura parental en la escuela, un asunto que está en negociación. Macarena Olona, secretaria general en el Congreso del partido ultra, del núcleo duro de Santiago Abascal, deslizó el 28-F, Día de Andalucía, en una entrevista con la agencia Efe que la idea de Vox era gobernar con el PP.

Esta afirmación de Olona, unido al resultado de las catalanas y a la caída de las expectativas electorales de Ciudadanos han causado preocupación en San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía. Si aciertan las encuestas que pronostican que la aritmética parlamentaria va a virar y que las urnas van a producir un sorpasso de Vox a Ciudadanos, ello impediría que en la próxima legislatura se reprodujese lo que hoy Elías Bendodo, la mano derecha de Moreno, llamó el "modelo perfecto", un gobierno de PP y Ciudadanos, con los apoyos de Vox.

Ese escenario, en el que Vox si es decisivo, va a querer formar parte del Gobierno andaluz, supondría para un presidente como Juanma Moreno, que hace gala de centrismo, pero que fue el primero en blanquear las tesis de la ultraderecha –por razones aritméticas: o eso o no gobernaba–, tener que comerse el sombrero por segunda vez. Y esta vez, no con su apoyo, sino compartiendo gabinete. Es este contexto el que explica la invitación de Moreno, esta semana, a Arrimadas, en las páginas de La Vanguardia para acudir en candidaturas conjuntas a próximas citas electorales. Moreno necesita a Ciudadanos, pero Ciudadanos no quiere hoy gobernar con Vox.

Para Ciudadanos, aceptar esa invitación para las próximas autonómicas supondría casi tanto como entregar el proyecto al PP y, en última instancia a Vox, si se hace caso a las encuestas que pronostican que todas las posibilidades de gobierno de Moreno pasan por la ultraderecha –ninguna de las más recientes da una mayoría absoluta a PP y Ciudadanos–. Para Arrimadas, unirse en Andalucía al partido de Pablo Casado desde una posición de debilidad, subalterna, supondría diluir la marca en la Comunidad más poblada del país: ¿Quién puede tener un proyecto para España si no tiene uno para Andalucía?

Por todo ello, Arrimadas –y también el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, que ha pasado de flirtear con la idea de unirse al PP a asegurar que se presentará a las primarias de Ciudadanos– ha sido muy clara: "No vamos a solucionar los problemas existenciales a otros partidos"; el PP "después de sus problemas de corrupción, sus problemas internos y del malísimo resultado que han tenido en Cataluña necesitan lanzar globos sonda y cortinas humo". Cada partido debe seguir su camino, dijo este lunes, según recoge Efe.

Si Ciudadanos no se subordina a Vox, como se afirma desde la dirección del partido, al PP solo le quedaría Vox: incluso hay alguna encuesta reciente que ha llegado a dar –en el rango más alto de la horquilla para ambos partidos– una mayoría absoluta de PP y Vox en solitario, sin Cs.

El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, mano derecha del presidente, resumió la posición del PP andaluz, que, se podría decir, se parece a la de Bartleby, el escribiente, el protagonista del cuento de Herman Melville, quien preguntado por su jefe si podía hacer esta o aquella cosa, respondía: "Preferiría no hacerlo". Sin embargo, Bendodo, llegado el caso, lo haría. Al menos, esta es una interpretación posible de sus palabras al respecto de gobernar o no con Vox, que fueron las siguientes: "Me preocupa bastante más que en un gobierno esté Podemos que Vox".

Las primarias de Ciudadanos en Andalucía –para las que no hay candidatos oficiales, pero a las que se presentará Marín y tal vez la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz– se revelan de este modo decisivas para definir la estrategia y las alianzas posibles que emerjan de las urnas tras los próximos comicios. La entente de los tres partidos –PP, Cs y Vox– da mayoría absoluta en todas las encuestas recientes, pero si el partido de Arrimadas opta por no entrar en un Gobierno con Vox y por no apoyarlo tampoco desde fuera, esa decisión rompería la política de bloques que hoy domina en Andalucía, y, según el resultado electoral, por encima o por debajo de Vox, y con la llave de la gobernabilidad en la mano, eso podría tener consecuencias relevantes, incluida la del retorno del PSOE.

Así, al menos, lo dejó dicho la consejera Ruiz en una entrevista reciente en eldiario.es y en otra de este este martes en la cadena Ser. Para ella, según dejó claro en esa entrevista, no es lo mismo recibir los apoyos parlamentarios de Vox que gobernar con Vox. Algo se mueve en Ciudadanos.

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