"Era mi dinero, Pepe. Era mi dinero. ¿Por qué lo has hecho?", le dijo el empresario Francisco Correa a José Luis Peñas (Madrid, 1963) hace unos días durante el juicio del caso Gürtel. Al menos así lo cuenta él, su examigo y exconcejal del PP de Majadahonda, que ostenta el título de 'el denunciante' de la trama. 

"Le respondí: 'Bueno, si tú no has hecho nada, estate tranquilo'. Y 13 años de condena. La primera en la frente", recuerda José Luis, quien llegó a la redacción de Público orgulloso del trabajo que, después de diez años, empieza a dar sus frutos. Fue él quien grabó durante dos años decenas de horas de conversaciones en las que el empresario que pagó parte de la boda de la hija de José María Aznar se retrataba con sus negocios.

Antes de eso, eran amigos. Correa, Paco, hasta envidiaba la vida de José, Pepe, dice. "Envidiaba mi estabilidad, mi familia, mi relación con mi mujer. Él me lo decía. Y yo siempre le respondía que para tener eso hay que ser de otra manera", relata quien define a Correa como "narcisista, pero con muchos complejos". 

Peñas no se arrepiente de haberle denunciado, pero sí siente pesar por las consecuencias que tuvo en su vida política y personal. Tantas que ha dado un giro a su ideología: hoy está más cerca de Podemos que del PP. Y así lo revela, bajo el polo de Lacoste, cada vez que habla de pobreza o desigualdad.

Su discurso no parece propio del PP. ¿Cómo empezó su carrera política con los conservadores?

Porque viví una mala época del PSOE (bromea). Acabé en el PP, como podía haber acabado en IU si tuviera un amigo en IU.

También conoció a Correa por un amigo común…

Sí, por Guillermo Ortega, que era el alcalde de Majadahonda al que conocí en un máster en ESIC y ahí me metí en política. Él iba a contratar a la mujer de Paco (Carmen Rodríguez Quijano) como asesora y me pidió que los invitara a mi boda.

Y ahí empezó la relación personal

Los tres años que estuve con su mujer (los dos eran asesores) trabajamos mucho y muy bien. Cuando tuve el problema con las parcelas de Majadahonda, y nos echaron a Guillermo Ortega, a Juan José Moreno [también concejal] y a mí, Correa nos echó una mano. La acepté. En aquel momento, era el tío que había hecho la boda del hijo de Aznar. Era Dios en el PP. Era como Maradona en el fútbol. Él nos dijo que hablaría con Esperanza Aguirre. Esto fue en febrero o marzo de 2005 y hasta diciembre de ese año tuve buena relación con él.

Hasta que escuchó una conversación en la que se dio cuenta de que se trataba de un caso de corrupción.

Sí. Correa hablaba, con manos libres, con Benjamín Martín Vasco –concejal en Arganda y presidente de la empresa pública de vivienda de allí- de una adjudicación. Ahí dejé de creer que fuera un grupo de empresarios magníficos que creían en mí y en mi forma de hacer política. 

¿Cree que querían utilizarle como peón?

Claro. Y entonces lo tenía muy fácil: me podía haber ido al Ayuntamiento de Madrid, donde soy funcionario, y haberme olvidado de todo esto. Pero no estaríamos ahora en donde estamos.

Siempre ha dicho que su mujer fue amenazada y que llegaron a sacarla de la carretera. ¿Llegó a temer por sus vidas?

Claro que sí.

¿La trama habría llegado a ese extremo que parece de película?

Si te pones entre 2005 y 2007, de las 14 primeras empresas del Ibex, nueve están en Gürtel y hoy ya en ningún sitio. Si multiplicas todo el dinero que se ha perdido… La gente mata por dinero. A lo que yo temía y temo es al poder del dinero. Hoy siguen haciendo todo lo posible para que mi familia y yo suframos, con inspecciones de Hacienda y el cierre de negocios a mi suegro en Ponferrada, donde alguna de esa gente sigue siendo dueño y señor de de esas tierras.

Si tenía miedo… ¿Por qué nunca tuvo protección policial?

(Ríe) Con esta policía tan maravillosa que tenemos…

¿Llegó a solicitarlo; se la ofrecieron en algún momento?

Nunca confié en la Policía. En algún policía, sí, pero nunca en los mandos. Y hoy se está demostrando lo que lo hacen algunos mandos de la Policía (hace referencia a las 'cloacas de Interior' desveladas por este diario.)

Se le acusa de no ser el buen ciudadano que denunció la corrupción, sino que intentó aprovecharse de ello y que las grabaciones eran, en realidad, un chantaje a Correa para ganar dinero...

Ellos dijeron eso. Hay gente en la prensa también que tiene dudas sobre mí. Y si me preguntaran, también intentaría resolvérselas. Agradezco que se me haga esta pregunta. Hablamos de cientos de miles de millones de euros. Todos han oído las grabaciones. ¿Cuánto dinero podría haber pedido yo? Lo que hubiera querido para estar tranquilo toda mi vida y siete generaciones más, probablemente. Correa dijo que yo le había pedido 10 millones de pesetas. (hace un gesto que señala el absurdo) Las grabaciones son para pedir decenas de millones de euros. Pero nunca se me pasó por la cabeza.

¿De verdad no llegó ni a planteárselo?

No. Nunca se me pasó por la cabeza. Si me lo hubiera planteado, lo diría. Sabía que era una organización mafiosa y que si entraba ya nunca podría salir de ahí. Desde el primer día grabé sabiendo que grababa para la policía, los fiscales, los jueces… Ahora al fin ha llegado la primera gran sentencia.

¿Le parecen suficientes esos 13 años?

La fiscal pidió el máximo legal...

¿Y si dependiera de usted?

Es muy dura la sentencia para ellos, todos nos podemos poner en su piel, pero también era necesaria para la sociedad. Ha habido muchos jueces que han dilatado mucho las cosas, mucho amiguismo con los políticos, había una omertá absoluta con la corrupción… Ahora los jueces han dicho basta.

¿Cree que la sociedad también es connivente con la corrupción?

¡Qué duda cabe!

Usted dice que el propio Correa no temía descubrirse porque no era consciente de estar cometiendo delitos

Para Correa no era delito, eran sus business. Para él era lo normal regalar,  pagar, extorsionar … Para él era normal grabar a un alcalde y luego amenazarle con mostrar sus vídeos si no le daban una obra. Ellos tienen su mundo propio y su legalidad propia. Eso, trasladado a la sociedad, es igual: la gente tiene que darse cuenta de que hay que pagar impuestos. No tienen interiorizado que la corrupción mata. Porque si no hay dinero, no tendrás un policía que acuda cuando te atraquen, o una ambulancia que llegue a tiempo para llevarte a un hospital y en el hospital a lo mejor no hay dinero para pagar a quien te salve la vida. 

¿Cree que los partidos nuevos han contribuido a cambiar esa percepción de la corrupción?

Sí. La percepción de la gran corrupción sí ha cambiado. Ya está entre las principales preocupaciones de los españoles, según el CIS. El problema es que el PP se ha encargado de fomentar el ‘chocolate para todos’. Se quedan en el ‘bueno, como es de todosh... ' (imita la forma de hablar de Mariano Rajoy). Eso hace mucho daño. Porque la gente se instala en la lucha contra la corrupción pero también en la inevitabilidad de la corrupción.

Cospedal reconoció que habían reaccionado tarde contra la corrupción porque les pilló de sorpresa. ¿La cree?

Cospedal sigue siendo un UFO (OVNI) para mí. Esta señora, por llamarle algo, todo lo dilata. Hay que tener un poquito de sentido. Tienen más de 800 o 900 imputados. Entiendo que los dos primeros meses te pille con el paso cambiado, pero luego… Y justo un día después de que Cospedal diga eso, ¡va el PP y se niega a responder a la Justicia!

Rajoy no sabía ni siquiera que el PP hubiese pedido juicio nulo…

Rajoy es Pinocho.

¿Sigue mantiendo que Rajoy y Aguirre lo sabían?

Rajoy mismo reconoció que le habían dicho que Correa se estaba portando mal y que le echó de Génova. Es el típico cobarde al que yo desprecio profundamente. Tenía que haberlo denunciado él, no yo. Pero eso lo haría alguien con la conciencia tranquila. Pero a alguien que cobra sobresueldos en B igual no le apetecía mucho que se investigaran las cuentas del PP. Él es el culpable de que yo haya pasado lo que he pasado.

¿Cree que veremos a Rajoy en el banquillo?

Lo que no entiendo es cómo ni él ni Aznar, ni Cascos han estado presentes en este juicio, al menos como testigos. Los tres están nombrados. Correa aseguró que Cascos le dio la cuenta de Aena. Y en este país las cuentas no se dan, se ganan por concurso público. Aznar algo tendría que decir de la boda de su hija y del uso de medios públicos para pagar una boda privada…

¿Está manipulada la Justicia?

No es que esté manipulada. Pero la justicia llega donde quiere llegar. Es muy difícil que a un presidente durante dos legislaturas le veamos en un banquillo. Además, a Rajoy no pueden llevarle porque no podría fumar en la sala (bromea, de nuevo). Pero los papeles de Bárcenas me parecen plausibles y, la verdad, si dicen que el presidente del partido cogió dinero, yo casi me decanto por creérmelo. Y es que el PP debería estar juzgado por la ley de partidos porque es una asociación ilícita de Cádiz a Coruña: está trufado de gente metida en amaños, los fiscales se pliegan a presidentes de Comunidades autónomas (habla de Murcia)…

Pues ellos presumen de haber luchado contra la corrupción...

A veces hay que reírse aunque lo que le apetezca a uno es vomitar. La corrupción ha sido sistémica en el partido, desde la primera a la séptima planta de Génova.

¿Y qué solución tiene?

El PP tendría que ser juzgado y estar al nivel de Herri Batasuna (HB), es decir, tendría que ser expulsado de la democracia y refundarse, llamarse de otra manera y echar a toda esa gente que ha contribuido a la corrupción.

¿Confía en los vicesecretarios o en figuras como Cifuentes o Feijóo, que tienen una imagen de ‘regeneración’ dentro del PP?

Feijóo es el amigo de los narcos. Y Cifuentes venía con el mobiliario de Génova. Esos mensajes se llaman de una forma: marketing. Maroto, el gran gestor de las cuentas de su ciudad...

Tiene ‘flores’ para todos…

Es que no me creo nada. El partido tendría que refundarse, expulsar a ese ala más extrema que tiene que siempre va a ser una rémora para ellos. Perderían votos, pero serían más libres. Mientras esté la Iglesia mandando en ellos y el poder económico en todo el país, va a ser difícil el discurso regenerador del PP tenga ningún calado.

¿Quién le cae peor: Cifuentes o Aguirre?

Son Guatemala y Guatepeor. Pero prefiero a Aguirre porque va de frente. Aparca en el carril bus de la Gran Vía y lo dice. Cifuentes a mí me dijo que me quedara en el congelador, que no dijera nada, que no denunciara. Es peor que Aguirre.

¿Y con Aguirre llegó a hablar en aquella época?

No. Ella dijo que ‘al hijo de puta ese’ no lo recibía. La oí en su despacho cuando fui a llevarle un dossier de toda la mierda urbanística de Majadahonda y no quiso recibirme.

¿Me está diciendo que Aguirre intentó proteger a Correa?

No sé si a Correa o a Narciso de Foxá-exalcalde de Majadahonda- no lo sé. Ella nunca quiso saber nada. Ponía todos los mimbres pero ninguna cerilla. Ella siempre dijo que el encargado de los actos era Alberto López Viejo y a partir de ahí se lavó las manos. Pero al menos va a ir a declarar. Por eso la prefiero, porque no es una persona falsa en absoluto. Es lo que es.

En el ‘nuevo’ PP donde ya no quedan aznaristas y Rajoy ha salido reforzado han incluido una nueva medida de lucha interna contra la corrupción: una oficina. ¿Cree que será útil? ¿Habría sido más fácil para usted denunciar si hubiera existido entonces?

Yo denuncié y me expulsaron del partido. Eso sólo sirve para tener controlados a los díscolos. Como con los conejos: metes aquí la cabecita y…machetazo.

¿La única manera de acabar con la corrupción en el PP es acabar con el PP?

Sí. Porque es endémico: han ganado las elecciones por dopaje, con financiación irregular, y ahí están. Encima sacando pecho y dando lecciones de moral.

Pero han ganado las elecciones, al fin y al cabo. 

Es que España es un país complicado. La clase económica de España es la que dirige este país, lo maltratan como quieren y hacen con los políticos lo que quieren. Por eso ven tanto peligro en determinadas fuerzas nuevas que no quieren puertas giratorias, no quieren entrar en Endesa, etc. Hay que disminuir el poder de las grandes corporaciones. No puedes estar pendiente de que te corte la luz una eléctrica porque tienen a su favor leyes injustas.

Le gustan la 'nueva política', pero parece más cercano a Podemos que a Ciudadanos...

Conozco a gente que ha estado muy cerca de Albert Rivera cuando era poco, quería sumar y en vez de sumar lo que hacía era robar votos. Me da muy mala espina. Cuando le llaman el candidato del Ibex, a mí me da que hay mucha razón ahí. Qué duda cabe, estoy más en Podemos, ya no por el sentido político pero sí en las formas: me encanta un Vistalegre con diferentes opiniones, cada uno de su padre y de su madre, como el 15-M de Sol. Todos eran distintos pero tenían un sólo fin. Igual no llega a gobernar, pero si marcan de cerca a quienes tienen siempre el balón, hacen que se reparta el juego, y ellos (los del balón), por el miedo a los que vienen, hacen cosas que no se hubieran hecho, benditos sean.