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Giro PP La foto de Colón se agrieta pero no se rompe

Casado ha sido muy contundente en sus palabras contra Abascal pero no escenificará su ruptura en las autonomías donde les apoyan. Son varios los cargos que afirman que Vox sigue siendo el "socio prioritario" allí donde les necesitan.

El presidente de Vox, Santiago Abascal (1i), el líder del PP, Pablo Casado (3i), y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera (2d), el 10 de febrero de 2019, posan en la plaza de Colón de Madrid, en protesta por el diálogo de Pedro Sánchez con los independenti
El presidente de Vox, Santiago Abascal (1i), el líder del PP, Pablo Casado (3i), y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera (2d), el 10 de febrero de 2019, posan en la plaza de Colón de Madrid. — EUROPA PRESS.

marta monforte

La moción de censura impulsada por Vox contra el Gobierno ha supuesto todo un fracaso para los ultraderechistas. Santiago Abascal ha obtenido 298 de 350 votos en contra, todos menos su grupo parlamentario, el peor resultado en toda la historia de la democracia. Sin embargo, esta apabullante derrota parlamentaria no ha hecho tanto daño al líder ultra como los golpes dialécticos que ha recibido por parte de su competidor en la derecha, Pablo Casado, que le han dejado sin saber qué decir. Literalmente.

El líder del PP ha mantenido en secreto el voto de su grupo hasta este jueves. Ni si quiera los propios diputados populares sabían qué sucedería, aunque algunos de ellos ya alertaban de que el discurso de Abascal había sido un "disparate" que les "alejaba" frontalmente de ellos. Según ha podido saber Público, ha sido el propio Casado quien ha preparado el discurso, únicamente con la ayuda del secretario general, Teodoro García Egea, en la estrategia, su jefe de gabinete, Pablo Hispán, en el detalle, y la directora de comunicación de Génova, María Pelayo, que revisaron el discurso el miércoles por primera vez.

Casado ha dirigido duros reproches hacia Vox, a quienes ha acusado de ser el partido "de la ira, del rencor, de la revancha, del insulto, de la bronca, de la manipulación, la mentira y la involución frentista". "Hasta aquí hemos llegado", ha asegurado el líder del PP. Una promesa que ha revolucionado a la bancada popular, parte de la cual lleva pidiendo años a Casado "más firmeza" contra Vox.

Casado ha ido fluctuando en su posición con Vox

Lo cierto es que desde que llegó a la presidencia del PP en julio de 2018, Casado ha evitado atacar públicamente al partido ultra. Ni si quiera en las múltiples campañas electorales en las que se dirigía, principalmente, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La relación con el partido que preside Abascal ha marcado la trayectoria de Casado, siempre desde el mismo punto de vista. ¿Qué debe primar con respecto a Vox: las coincidencias o las diferencias?

En diversas ocasiones a lo largo de estos dos años —especialmente tras las elecciones de abril de 2019, en las que el PP obtuvo 66 escaños y se quedó a 9 de ser sorpasado por Ciudadanos— algunos barones del partido como el gallego Alberto Nuñez Feijóo o el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco solicitaron "una vuelta al centro" por parte del líder popular. Casado escuchó y, tras la reunión con el Comité Ejecutivo Nacional del partido, situó por primera vez a Vox en la "extrema derecha". Pero ahí quedó todo. 

Casado ha ido fluctuando su posición respecto a la formación de extrema derecha durante este tiempo, sin mantener una coherencia que pueda ser defendida con solvencia por los cargos y dirigentes del PP. Llegó a calificar al partido de Santiago Abascal como un "movimiento transversal", más tarde señaló que era una formación "populista" para después tildarlos de "constitucionalistas" de "centroderecha". Este jueves aquellos dirigentes que fueron críticos con el popular han aplaudido sus palabras. 

Este nuevo giro supone "un punto de inflexión" según la dirección popular, y  pese a que la relación entre ambos está diezmada, ninguno habla de ruptura formalmente. El propio Abascal ha asegurado que su apoyo al PP en los gobiernos autonómicos de Madrid, Murcia y Andalucía se mantiene. .

"Apuesto a que Vox seguirá como socio prioritario en Madrid"

"Si yo fuera como usted, ustedes mañana no gobernarían en Madrid, Andalucía, Murcia. Pero no lo vamos a hacer", han sido las palabras que le ha dirigido un desubicado Abascal a Casado tras su intervención inicial. A lo que Casado le ha contestado, en la réplica, que no gobiernan juntos en esas autonomías y que su formación "no va a ser rehén" de lo que Abascal diga. "¿Que querían? ¿Que gobernara Susana Díaz en Andalucía o Manuela Carmena en Madrid?".

Casado ha sido muy contundente en sus palabras pero no escenificará su ruptura en las autonomías y municipios donde les necesitan, como asegura un alto cargo del gobierno madrileño a Público. "Yo creo que Vox seguirá siendo nuestro socio prioritario en Madrid", señala. "Lo de hoy es una rabieta infantil, son perfectamente conscientes de que no pueden prescindir de nosotros", asegura, por su parte, una voz de la dirección popular en el Congreso, después de algunos amagos, en Andalucía y Murcia, de romper relaciones.

La foto de Colón, por lo tanto, sigue viva por interés de todos. Esa instantánea de los tres dirigentes de PP, Cs y Vox se convirtió en una de las imágenes del 2019, con la que las tres formaciones derechistas quisieron mostrar su rechazo a Pedro Sánchez en protesta por la figura del relator en Catalunya. Sin embargo, la concentración acabó beneficiando al socialista: convocó elecciones, hizo una campaña centrada en derrotar a "las tres derechas" —esgrimiendo la foto como su principal argumento— y ganó, pasando de 84 a 123 diputados.

Arrimadas queda desdibujada frente a Casado

La contundente intervención de Casado ha dejado completamente desdibujada a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que intervino durante la primera jornada de la moción. La diputada mostró su respeto a los más de cuatro millones de votantes de Vox durante su turno de intervención, consciente de muchos de ellos votaron a Cs en el pasado. Arrimadas achacó su apoyo a los ultraderechistas a que Abascal logró "una cosa difícil" que es "barnizar" de "cabrero e indignación" su candidatura. "Pero cuando rascas el barniz hay un discurso que no seduce a una mayoría de españoles", señaló. 

Arrimadas insistió en varias ocasiones en que le unían "muchas cosas" con Vox pero que la moción no tenía los números suficientes y que llegaba en un momento de lo más inoportuno para España durante "la peor pandemia en cien años". "Estamos en medio de la tragedia, el accidente se acaba de producir, tenemos que poner a la gente a salvo. ¿Qué propone? ¿Ir a elecciones? ¿Sacar a millones de españoles a la calle en medio de una pandemia?", fueron sus palabras.

Ciudadanos lleva meses intentando desvincularse de la foto de Colón -en la que la propia Arrimadas no estuvo presente porque "perdió el avión" desde Barcelona- y ha virado la estrategia emprendida por el expresidente de la formación, Albert Rivera. Sin embargo, no se plantea romper ningún gobierno en los que participa junto al PP y Vox apoya desde fuera. Tampoco es partidaria de apoyar una moción de censura impulsada por el PSOE contra Isabel Díaz Ayuso pese a los continuos choques con su vicepresidente, Ignacio Aguado, de Ciudadanos. 

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