El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha alabado este jueves el discurso del presidente de ruptura del presidente del PP, Pablo Casado, con el partido ultraderechista Vox, en el marco de la moción de censura de Santiago Abascal, si bien le ha advertido de que este discurso "llega tarde".

La intervención del también líder de Unidas Podemos era una de las más esperadas en el debate que acoge esta semana el Congreso de los Diputados, y ha supuesto la primera reacción del Ejecutivo a la intervención de Casado, que ha desvelado por fin que votará "no" a la moción. 

De hecho, Iglesias ha disparado únicamente contra el PP y contra Ciudadanos, ninguneando así al candidato de la ultraderecha a la Presidencia del Gobierno, al que dio réplica ayer el presidente del Gobierno, y al que hoy Iglesias sólo ha dedicado unos párrafos de Miguel de Cervantes, sin entrar a rebatir sus argumentos. También ha llamado a reforzar el bloque de investidura frente a las derechas.

Tras el duelo diálectico entre Casado y Abascal, Iglesias ha subido a la tribuna de oradores a subrayar que el presidente del PP quiere usar la moción para erigirse en "líder moral de la derecha", en cómo PP y Vox están librando este jueves "una batalla ideológica por el campo cultural de la derecha". 

De hecho, en su réplica a la respuesta de Casado a su intervención, Iglesias ha profundizado en esta idea: "No me corresponde meterme más en la guerra que están librando ustedes". A su vez, ha retratado al líder del PP como un político que persigue defender un proyecto "moderado", pero que se ve inevitablemente arrastrado por Abascal.

En la misma línea, se ha concentrado en denunciar cómo PP y Ciudadanos "dan alas" a la ultraderecha, al aceptar sus apoyos para formar varios gobiernos autonómicos y municipales, y al inmortalizar esta connivencia en la foto de Colón. Éste era ya el núcleo de su intervención al arranque de la semana, cuando aún no se conocía el rumbo que adoptaría Casado.

Según Iglesias, en la UE se percibe con preocupación la deriva de PP y Cs, y que "toda posibilidad" del PP de "llegar al Consejo de Ministros dependería de Abascal".  "Esto no gusta" en Europa, apuntaba, donde las familias políticas de PP y Cs rechazan sellar alianzas con la extrema derecha.

"Su resultado electoral tiene mucho que ver con haberse hecho una foto en la plaza de Colón", aseguraba a Inés Arrimadas, presidenta de Cs; "Yo sé, Pablo, que tú no eres un ultra, como no lo es Ana Pastor", apuntaba Iglesias, incidiendo en que, al haber cerrado acuerdos con Vox, han dejado sin espacio político "a la derecha más moderada". 

Así, recordando que la anterior portavoz del PP en la Cámara Baja, Cayetana Álvarez de Toledo, ha defendido la abstención ante la iniciativa de Vox, Iglesias ha puesto el foco en el sentido del voto de Álvarez de Toledo, hoy diputada rasa. Todo, volviendo siempre a su idea inicial: que hoy las fuerzas de la derecha, en particular el PP, se han visto atrapadas por Vox.

"No son la derechita cobarde", apuntaba, recordando que el PP recurrió ante el Tribunal Constitucional el Estatut de Catalunya, el matrimonio homosexual, o que mantiene bloqueada la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ); también que "crearon una policía política para tratar de proteger a sus propios delincuentes". 

"Y, a pesar de eso, Vox les sigue llamando derechita cobarde". "Usted tenía que haber parado los pies a José María Aznar"; "Ustedes dieron oxígeno al monstruo, y ahora el monstruo les está devorando a ustedes", zanjaba.