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La campaña electoral ya está en el Congreso con un PP arrinconado por el Gobierno y Vox

Tanto Pedro Sánchez como Santiago Abascal pusieron al PP contra las cuerdas con la polémica por el plan antiabortista en Castilla y León. Los socios presionaron al Gobierno con la ley de vivienda y la ley mordaza. 

Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante la sesión plenaria de este martes en el Congreso de los Diputados en Madrid. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

El horizonte electoral empaña el Congreso. La cámara volvió a la normalidad, después de casi un mes de parón, con un pleno en el que presidente del Gobierno estaba llamado a explicar los acuerdos alcanzados en los últimos Consejos europeos y las medidas anticrisis. Pero Europa quedó en un segundo plano. A menos de cuatro meses de las elecciones municipales y autonómicas, todos los grupos parlamentarios han usado el hemiciclo para pisar el acelerador: el PSOE atacó al PP por sus acuerdos con la extrema derecha, Cuca Gamarra se centró en la ley del solo sí es sí, Vox cargó contra los populares para marcar distancias y Unidas Podemos insistió en su cruzada por la cesta de la compra. Las acusaciones en todas las direcciones eran la norma en el Congreso y no van a dejar de serlo en año electoral. 

"¿Por qué se tomaron el fin de semana libre y no acudieron a la manifestación del sábado cuando de lo que estábamos hablando es de salvar la patria?", le preguntó irónico Pedro Sánchez a Cuca Gamarra, portavoz parlamentaria del PP y 'número dos' de Génova. El presidente del Gobierno no dejó pasar el último ejercicio de equilibrismo político del PP de Alberto Núñez Feijó, que pidió a sus afiliados acudir a la manifestación ultra contra el Ejecutivo de este sábado mientras la primera línea del partido se puso de perfil. "Den la cara y no se vayan de fin de semana", repitió Sánchez, que le reconoció más "coherencia" en esto a la ultraderecha"

Y otra cosa que tampoco dejó pasar Sánchez fue el tuit con la reacción de Gamarra al intento de golpe de Estado en Brasil. Aunque hayan pasado más de dos semanas, el presidente del Gobierno se cobró este martes la respuesta a la secretaria general del PP, cuya primera respuesta al ataque a las instituciones brasileñas de los bolsonaristas fue una comparación falaz con la legislación española tras las reformas impulsadas por el Gobierno.

Vox no suelta al PP

La relación del PP y Vox centrará la campaña del PSOE y eso es lo que se ha visto en la segunda intervención del presidente del Gobierno y líder socialista, que le reprochó a Gamarra sus coqueteos con la extrema derecha, recordándole que los homólogos de los bolsonaristas en España son "sus socios" en Castilla y León. 

Era difícil que la polémica por el plan antiabortista que trataron de implantar el PP y Vox en CyL no entrara en el Congreso y, efectivamente, lo hizo. "Los derechos conquistados no se cuestionan, se defienden. Y si a otros, por miedo, les tiemblan las piernas para defenderlos, les digo que al Gobierno jamás le va a temblar la mano", dijo Sánchez. Más claro aún fue el portavoz socialista Patxi López, que se dirigió así a Gamarra: "¿Por qué no nos enseñan los acuerdos que han firmado con Vox? ¿Por qué no los hacen públicos? ¿Es que no se atreven o es que no quieren dar más miedo del que ya dan?".

Génova cerró en falso la polémica empujando a Fernández Mañueco a dar marcha atrás el plan pero, ni el Gobierno ni la extrema derecha han cerrado el capítulo. Así, Santiago Abascal también resucitó el debate en el Congreso con el mismo reproche al PP que los socialistas: "Cuando negociemos algo con ustedes, ¿vamos a tener que pedir permiso a estos señores? Estaría bien saberlo". El líder de la extrema derecha acusó a Feijóo de "desautorizar" a la Junta al dictado del "Partido Socialista y del Grupo Prisa".

Los socios de Sánchez le ponen deberes 

Más allá de estos enfrentamientos, el resto de fuerzas políticas han hecho lo propio. En el caso de los socios del PSOE, incluido Unidas Podemos, sus portavoces han aprovechado esta primera cita del año en suelo parlamentario para instar a Sánchez a desatascar los principales retos aún pendientes de la legislatura, además de adoptar nuevas medidas para hacer frente a la carestía de la vida.

La ley de vivienda ha cobrado un papel importante durante las intervenciones de los representantes de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, pero también la reforma de la ley mordaza. Ambas normas siguen varadas en el Congreso a la espera de un acuerdo entre los socialistas y sus socios del bloque de la investidura.

El portavoz del grupo morado, Pablo Echenique, también ha pedido al presidente del Gobierno establecer topes a las hipotecas variables y al precio de los alimentos básicos, que experimentan una subida "insoportable". Su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, ha retado a Sánchez a "trabajar para nuestros países" en lugar de centrarse "en los partidos", en alusión a los Presupuestos catalanes.

Otros grupos han hecho alusión además a la intervención de Sánchez en el Foro de Davos en la que llamaba a luchar contra la desigualdad. En esencia, le han instado a "predicar con el ejemplo", como ha señalado la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y aplicarlo en las medidas contra la inflación, con "una regulación inteligente de los precios", y con la crisis climática, como ha añadido más tarde el líder de Más País, Íñigo Errejón.

En este marco de fin de legislatura, el líder del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha puesto el foco en otro acuerdo comprometido con el Ejecutivo, como es el encaje nacional vasco y catalán, y ha dado un nuevo toque de atención al Gobierno, compartido por otros portavoces, de cara a los próximos meses: "Si no cuida este jardín desaliñado en que se ha convertido el Parlamento, y no abona las relaciones con sus posibles aliados, esta legislatura le va a parecer un camino de rosas comparada con la siguiente".

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