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Irán ataca objetivos de Israel y EEUU en medio de las tensiones internacionales por la invasión rusa en Ucrania

Un nuevo incidente este fin de semana incrementa la tensión entre Irán e Israel. El Gobierno de Tel Aviv no ha reaccionado a este ataque en un momento de incertidumbre internacional y que Teherán vincula con las intervenciones israelíes contra militares iraníes desplegados en Siria.

Vista de un edificio dañado tras los ataques con misiles iraníes en Erbil. REUTERS/Azad Lashkari
Vista de un edificio dañado tras los ataques con misiles iraníes en Erbil. Azad Lashkari / REUTERS

La noche del sábado al domingo Irán disparó una docena de misiles balísticos contra la ciudad de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí, aparentemente contra objetivos de Estados Unidos e Israel, causando solo dos heridos leves.

El insólito ataque llegó en el contexto de las tensiones que experimentan las relaciones internacionales a causa de la intervención rusa en Ucrania y de las negociaciones que Teherán mantiene con EEUU para reanudar el acuerdo nuclear de 2015, dos circunstancias que podrían estar relacionadas con el ataque.

El lunes por la noche la televisión iraní reveló que ha detenido a una célula completa de agentes enviados por el Mosad para sabotear una central nuclear, una acción que no sería la primera de este tipo. Aunque la televisión iraní no facilitó en un primer momento muchos datos al respecto, la detención de la célula muestra que Israel sigue dificultando un acercamiento de Teherán a Occidente por todos los medios a su alcance.

Un portavoz del ministerio de Exteriores recordó en la mañana del lunes que Teherán ha advertido repetidamente a Irak de que su territorio no deberían usarlo terceras partes para atacar a Irán. De hecho, la Guardia Revolucionaria asumió el mismo domingo la responsabilidad del ataque como respuesta a un reciente ataque israelí en Siria que causó la muerte dos militares iraníes.

"El gobierno central iraquí tiene la responsabilidad de garantizar que terceras partes no usan su territorio como base para atacar Irán", manifestó el portavoz iraní. "El territorio iraquí se ha usado repetidamente contra Irán por terceros, incluidos terroristas kurdos, los Estados Unidos y la entidad sionista", explicó el portavoz aludiendo a Israel.

El gobierno regional kurdo señaló que el ataque causó daños en zonas residenciales pero no a propiedades extranjeras, en alusión a EEUU e Israel, e instó a la comunidad internacional a iniciar una investigación. Por su parte, el gobierno central de Bagdad condenó el ataque y pidió explicaciones a Teherán.

Dentro de Irak los partidos antiiraníes se mostraron escandalizados, mientras que algunas formaciones proiraníes pidieron al gobierno que explique la acusación iraní de que en el Kurdistán iraquí están operando agentes extranjeros, particularmente de Israel.

Desde hace años los medios hebreos vienen hablando esporádicamente de las buenas relaciones que Israel mantiene con los kurdos iraquíes y sirios. En más de una ocasión estos medios han recogido la presencia en el Kurdistán iraquí y sirio de ciudadanos israelíes que habitualmente se presentan como participantes en "proyectos humanitarios".

Es muy posible que la presencia israelí no se circunscriba a "proyectos humanitarios", especialmente en el Kurdistán iraquí que tiene frontera con el Kurdistán iraní. De hecho, ocasionalmente han aparecido y aparecen informaciones, que no se han confirmado de manera oficial, en las que se habla de un asesoramiento militar israelí a los kurdos, algo bastante creíble.

Sin embargo, el ataque del fin de semana contra Erbil representa un paso más en las tensiones permanentes entre Irán e Israel. Los ataques israelíes contra los iraníes desplegados en Siria se producen continuamente y el hecho de que Teherán vincule a Israel el último ataque da la impresión de que ha ascendido la tensión entre las dos partes.

La presencia iraní en Irak es importante y las acusaciones de que Israel está operando en Irak no son nuevas. Naturalmente, Teherán debe contar con unos servicios de inteligencia muy activos en Irak, incluido el Kurdistán, de manera que no son ajenos a la presencia israelí en la región, como tampoco son ajenos a la presencia israelí en otros países del centro de Asia cercanos a Irán.

Aparte de esas tensiones con el estado judío, que sin duda no ignoran los Estados Unidos, Teherán mantiene un intenso pulso con Washington en la mesa de negociaciones del acuerdo nuclear, unas negociaciones que se están prolongando en Viena durante demasiado tiempo y que según informaciones recientes estarían bastante avanzadas.

Medios occidentales han publicado que las negociaciones han entrado en una nueva fase con la guerra de Ucrania puesto que Rusia las está vinculando con las negociaciones para obtener una Ucrania no nuclear. Esta circunstancia podría actuar como un sutil hilo de conexión entre la guerra de Ucrania y el ataque iraní contra Erbil.

La Guardia Revolucionaria recalcó que el objetivo del ataque fue un "centro estratégico de la conspiración sionista y el mal". Distintos y destacados políticos y militares hebreos no paran de decir que se reservan el "derecho" a bombardear Irán con independencia del resultado de las negociaciones de Viena. Por su puesto, la proximidad a Irán del Kurdistán iraquí es un elemento destacado de esas amenazas y justificaría por sí solo la presencia israelí en la región.

La importancia estratégica del Kurdistán iraquí es un caramelo para Israel, que seguramente opera en la zona de la mano de Estados Unidos, lo que explicaría el ataque contra el Consulado norteamericano en Erbil, que según el gobierno autónomo kurdo está "en construcción" pero situado muy cerca del antiguo Consulado de EEUU que aún funciona.

Por otra parte, la prensa regional atribuyó a funcionarios iraquíes que el ataque estaba dirigido contra la sede del Mosad en el Kurdistán, entre cuyas labores figura la de conseguir agentes kurdos que trabajen para los servicios de inteligencia israelíes en contra de Irán.

El permanente combate entre Irán e Israel podría resolverse por completo, o paliarse en gran medida, si las potencias occidentales obligaran al estado judío a abandonar los territorios palestinos y sirios ocupados militarmente en la guerra de 1967. Sin embargo, ni Estados Unidos ni Europa están dispuestos a impulsar el cumplimiento del derecho internacional cuando no les interesa.

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