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Las futbolistas españolas reivindican la igualdad en la Eurocámara: "Las niñas ya no solo quieren ser como Beckham"

Vox vota en contra de la resolución que pide crear un entorno de trabajo libre de violencia e intimidación, algo que sufren de forma desproporcionada las mujeres.

Las futbolistas españolas Alba Redondo e Ivana Andrés posan con el trofeo del Mundial femenino junto a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, este 12 de marzo de 2024.
Las futbolistas españolas Alba Redondo e Ivana Andrés posan con el trofeo del Mundial femenino junto a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, este 12 de marzo de 2024. RONALD WITTEK / EFE

Una de cada cinco personas ha sido víctima de algún tipo de violencia física, psicológica o sexual en el puesto de trabajo, una situación que afecta especialmente a las mujeres. El Parlamento Europeo ha pedido por inmensa mayoría a los Estados miembros que ratifiquen el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre la violencia y el acoso (C190 de la OIT), el primero en el mundo que establece exigencias para atajar el acoso en el mundo laboral. Vox ha votado en contra. El debate y la votación ha estado precedido por las intervenciones en el Pleno de Estrasburgo de Alba Redondo e Ivana Andrés, jugadoras de la selección española de fútbol, que han reivindicado la igualdad desde el corazón de la UE.

Redondo: "Las niñas del mundo entero ya no solo quieren ser como Beckham, Mbappé o Ronaldo. Quieren ser como Alexa Putellas, Ada Hegerberg o Alexandra Popp"

"Debemos construir una sociedad más justa, igualitaria y solidaria. Ese camino debemos impulsarlo de la mano. Ello pasa por la educación, por el modelo educativo que damos a nuestras niñas y niños", ha afirmado Redondo. "El deporte emociona, transforma y educa. Debemos saber utilizarlo correctamente. Debemos dar a las niñas del mundo entero referentes femeninos en los que puedan verse reflejadas (...) Las niñas del mundo entero ya no solo quieren ser como Beckham, Mbappé o Ronaldo. Quieren ser como Alexa Putellas, Ada Hegerberg o Alexandra Popp. Las próximas Alexa Putellas y Aitana Bonmatí están ahí fuera. Solo quieren una oportunidad y debemos dársela", ha coincidido Andrés.

Desde la presencia en las competiciones hasta la cobertura mediática o los patrocinadores, el deporte ha sido históricamente algo de hombres. Las mayores brechas se perciben en el mundo del fútbol, el golf y el baloncesto. En 2023, no había ni una sola mujer entre los 100 atletas mejor pagados del mundo. Y no fue hasta 2012, en Londres, cuando los Juegos Olímpicos contaron con presencia de mujeres en todas las disciplinas.

En 2023, no había ni una sola mujer entre los 100 atletas mejor pagados del mundo

Las cifras y datos no dan margen de duda. En 1963, la presencia de ellas en la competición mundial era del 13%. La UNESCO revela que, en 2018, la presencia de las mujeres en los medios de comunicación deportivos se limitó al 4%. Un estudio reciente estima que la cobertura mediática en la actualidad ha repuntado al 15%. La brecha se va estrechando, pero a pasos muy lentos.

La situación de las mujeres en las estructuras de gobernanza del deporte son un reflejo de la fotografía general, donde ellas copan infinitamente muchos menos puestos directivos o altos cargos. Una investigación reciente del Parlamento Europeo señala que el Comité Olímpico Internacional solo cuenta con un tercio de mujeres y miembros honorarios. En la UE, solo cuatro de los 27 presidentes de los comités olímpicos nacionales eran mujeres en 2023, siendo Suecia el país más avanzado.

Primer convenio para un trabajo libre de acoso

El Parlamento Europeo ha dado su consenso para que los Estados miembros ratifiquen el Convenio sobre la Violencia y el Acoso de la OIT

Poco después de las intervenciones de las campeonas españolas, el Parlamento Europeo ha dado su consenso -por 517 fotos a favor, 59 en contra y 26 abstenciones- para que los Estados miembros ratifiquen el Convenio sobre la Violencia y el Acoso de la Organización Internacional del Trabajo, el primer tratado internacional que reconoce el derecho a un trabajo libre de violencia y acoso. La extrema derecha europea, incluida Vox, ha votado en contra.

La violencia y el acoso afecta en el trabajo de forma mucho más punzante a las mujeres. Alrededor de un tercio de las víctimas de acoso sexual en la UE lo sufren en el trabajo. "Esto constituye un obstáculo importante para entrar y permanecer en el mercado laboral, lo que socava la igualdad de género y alimenta la brecha salarial entre hombres y mujeres", reza la resolución de la Eurocámara. "La aprobación es un hito en la lucha por un entorno laboral seguro y por los derechos de las mujeres", ha asegurado Cindy Franssen, eurodiputada popular y ponente del informe.

"Se trata de un gran paso para que todo el mundo pueda ir al trabajo sin miedo y para que la violencia laboral sea una cosa del pasado", ha coincidido la otra ponente Rosa D'Amato, de Los Verdes. Aunque todos los Estados miembros han apoyado los objetivos del tratado en cuestión, por lo pronto solo siete países europeos (Bélgica, Francia, Alemania Grecia, Irlanda, España e Italia) ya lo han ratificado. La Eurocámara y organizaciones como Human Rights Watch apremian al resto de Gobiernos a hacer lo propio.

La Conferencia Internacional del Trabajo adoptó esta convención en 2019 como un marco para denunciar los casos de violencia en el entorno laboral, incluido el acoso o la discriminación de género. Exige también leyes de protección más seguras y firmes contra los perpetradores –ya sea en las empresas privadas o en el sector público- de violencia contra las mujeres en el trabajo, ampara a colectivos más vulnerables como becarias, solicitantes de asilo o personas con discapacidad y pide establecer medidas de prevención y mecanismos de denuncia, supervisión y apoyo a las supervivientes.

La comisaria de Transporte y Valores Europeos, Vera Jourová, presente en el debate ha recordado cómo ella misma fue víctima de una violación cuando era joven. "Una de cada tres mujeres en los últimos cinco años ha informado que ha sufrido algún tipo de violencia, que con frecuencia es sexual. Es una cifra impactante. Yo misma la sufrí. Recuerdo sentir vergüenza y estigma cuando lo conté. Por eso quiere transmitir un mensaje: por favor no se queden calladas, tampoco en el entorno de trabajo", ha pedido.

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