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Los franceses votan el domingo en una de las elecciones más derechizadas, con Macron y Le Pen como favoritos

El margen entre Marine Le Pen y Emmanuel Macron, que ya se enfrentaron en las presidenciales de 2017, se estrecha día a día, mientras la preocupación por el poder adquisitivo centra los debates de la campaña electoral.

Una persona pasa frente a los carteles de los candidatos presidenciales franceses, en París, Francia, el 29 de marzo de 2022.
Una persona pasa frente a los carteles de los candidatos presidenciales franceses, en París, Francia, el 29 de marzo de 2022. efe

El domingo próximo los electores franceses votan en una Francia más derechizada que hace cinco años y con un coste de la vida más caro. Efectivamente, según la encuesta de Ipsos, la preocupación más grande en estos momentos es el poder adquisitivo. El 53% de los franceses está preocupado por el tema, seguido por la guerra en Ucrania (44%), por el clima (26%), por el sistema de salud y la migración (22%).

Se trata de un reflejo casi calcado de los titulares de los últimos tiempos: la crisis del covid-19 puso en evidencia las carencias del sistema sanitario francés; los informes de los expertos de la ONU y las marchas mundiales de los jóvenes, la urgencia climática; y la invasión en Ucrania, la fragilidad de la paz y la dependencia de los hidrocarburos rusos.

Pero es el poder adquisitivo lo que más va a influenciar en el voto de este domingo porque todo está más caro que hace un año. La inflación en Francia se sitúa en el 28,9% en comparación con marzo de 2021, según el INSEE (Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos).

En la mayoría de los bancos ha habido un aumento en marzo para contratar hipotecas de entre el 0,20% y el 0,50%

No hay más que darse una vuelta por el mercado mayorista más grande de Europa, el de Rungis, en el sur de París, para darse cuenta de que la gente está gastando menos. El ambiente está mucho más calmado que de costumbre, no hay el trasiego de siempre. "Es por la guerra en Ucrania, se vende menos, la gente no quiere gastar, está como a la espera", explica Philippe que importa fruta de la comarca del Bajo Cinca (Huesca) para luego venderla a puestos de los mercados al aire libre o tiendas de la región parisina.

Lo mismo pasa con el sector inmobiliario. En una ciudad como París, una de las más caras del mundo, donde el metro cuadrado está en 10.000 euros en los barrios más populares, el mercado está parado. Todo el mundo está esperando mientras acecha la subida de los tipos de interés. En la mayoría de los bancos, nacionales o regionales, ha habido un aumento en marzo para contratar hipotecas de entre el 0,20% y el 0,50%, un alza inédita en sólo un mes.

El poder adquisitivo, en el centro de la estrategia de Le Pen

"Venimos de una situación de crisis muy complicada con la covid-19, con un paro en alza y con gente en situación de fragilidad laboral, el panorama ha mejorado un poco en términos laborales, pero no en términos de poder adquisitivo y esto es lo que ha entendido Marine Le Pen", analiza Federico Vacas, director adjunto del departamento político de la encuestadora Ipsos Francia. Recordemos que Francia cerró el año 2021 con una tasa de paro del 7,4%, muy cerca del 7% que había prometido Macron.

La candidata de extrema derecha Marine Le Pen es la que más ha hablado desde el principio del poder adquisitivo

Pero si ha habido una candidata que desde el principio ha hablado del poder adquisitivo ha sido ella, Marine Le Pen, la que hasta hace unos meses estaba por salir de la Unión Europea, del euro y cerrar las fronteras a los migrantes, y que ha cambiado completamente de discurso. En los debates televisivos ha jugado esa carta: la del bolsillo de los franceses. Y los otros, luego, se han sumado al carro. No es que haya cambiado de parecer y que haya dejado de ser de extrema derecha, sino que "ha entendido la estrategia", según Federico Vacas.

El efecto Zemmour ha normalizado a la candidata de extrema derecha
Y si Le Pen ha tenido más visibilidad entre los electores es porque también ha tenido un contrapunto que la ha hecho parecer moderada. Y ese contrapunto es el otro candidato de extrema derecha, el polemista Eric Zemmour, mucho más radical pero que está en caída libre en los sondeos con una intención de voto en torno al 10%. Se ha estancado en el relato de que los musulmanes están sustituyendo a los franceses en el hexágono. Y eso, ya no vende. No ahora. A principios de febrero, los dos candidatos de extrema derecha estaban al mismo nivel, pero con la guerra en Ucrania todo ha cambiado.

"Los dos tenían una posición de amistad con Putin, una cierta cercanía, pero tomaron una actitud muy diferente. Le Pen tomó distancia más rápidamente y de forma más firme, Zemmour intentó manejar la situación con un discurso más ambiguo y rechazó la acogida de ucranianos en Francia. La gran mayoría de los franceses está de acuerdo con recibir a los ucranianos, con lo cual lo de Ucrania le permitió a Le Pen sacar una ventaja y estar más en sintonía con la sociedad francesa", analiza el experto en opinión, Federico Vacas.

Un Macron más a la derecha que en 2017

Macron también se ha beneficiado de la guerra en Ucrania, aunque ésta le haya apartado de la campaña electoral. "Estamos ante un presidente que está en contacto con los grandes actores internacionales y eso le da a Macron una estatura de jefe de Estado que los otros no tienen", subraya Vacas. A eso hay que añadirle el papel que jugó durante la pandemia de coronavirus donde el Estado puso mucho dinero tanto en la gratuidad de los test como en las ayudas a los franceses durante el parón de la actividad económica por los confinamientos.

Todo apunta a que la diferencia entre Macron y Le Pen no va a ser tan definitiva como en 2017

Actualmente, los franceses, según las encuestas, sitúan a Macron más a la derecha que hace cinco años. Está en el 6,4 en una escala de 10, siendo 10 lo más a la derecha, cuando en 2017 estaba en el 5,2.

"Hace cinco años venía de un gobierno socialista (era el ministro de Economía de François Hollande), entonces era lógico que no lo posicionaran a la derecha, a pesar de que era más liberal que otros socialistas. Consideran su política como liberal en aspectos económicos, pero al mismo tiempo con fuertes ayudas e intervención del Estado, por eso este movimiento hacia la derecha es moderado", analiza Federico Vacas.

Queda por ver si la reedición del 2017 va a ser una copia fiel o un verso libre porque no está muy claro cómo se va a repartir el voto de los otros diez candidatos. Los sondeos son prudentes, dicen que es difícil interrogar a gente sobre la segunda vuelta sin saber quiénes son los finalistas, pero una cosa está clara: la sociedad francesa se ha derechizado en los últimos años con la implosión de los partidos tradicionales y la diferencia entre Macron y Le Pen no va a ser tan definitiva como en 2017.

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