España y Marruecos discrepan sobre los tiempos para la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla. Las diferencias entre los dos países quedaron de manifiesto durante el encuentro que mantuvieron este jueves en Rabat  el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, y el español, José Manuel Albares, que realiza su primera visita oficial en la nueva legislatura. En ese encuentro, los dos ministros trataron la reapertura de la aduana de Melilla (cerrada en 2018) y la implementación de otra  en Ceuta.

Burita afirmó que la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, que ya acumula un retraso de varios meses, "no es un problema de compromisos o político, es un problema de implementación técnica". Albares, sin embargo, aseguró: "Por nuestra parte todo está listo para que puedan empezar a operar, no son necesarias más pruebas piloto".

Tras una hora de reunión, Burita y Albares ofrecieron una rueda de prensa conjunta en la que el ministro marroquí aseguró que su país va a cumplir su compromiso pero aún cree que hay cuestiones técnicas que resolver. Burita añadió que se procederá a una reapertura de los pasos en la que se aplicará "una fórmula común que se traduzca en una mejor", tras lo aprendido con los ensayos hechos.

"Hemos avanzado bastante en este ámbito", dijo Burita preguntado por las aduanas y añadió que todos los compromisos de la hoja de ruta firmada en abril de 2022 entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI "van a ser implementados de forma clara".

Por parte española "todo está listo para que puedan empezar a operar", dijo Albares. "No son necesarias más pruebas piloto", recalcó el ministro española, confiando en que ahora que ya ha pasado el periodo electoral y de formación de Gobierno en España, se pueda relanzar todo lo acordado.

Hasta la fecha solo ha habido tres expediciones de prueba, la primera a finales de enero, en vísperas de la Reunión de Alto Nivel (RAN) del 1 y 2 de febrero, la segunda el 24 de febrero, y la última el 26 de mayo, antes de las elecciones autonómicas y municipales.

Dicha hoja de ruta se acordó después de la reconciliación bilateral que siguió a una crisis de casi un año y se produjo con el apoyo de Sánchez al plan de autonomía de Marruecos para el territorio del Sahara Occidental, excolonia española reivindicada por el Frente Polisario y controlada de facto por Rabat.