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Corea del Norte da su último adiós a Kim Jong-Il

Miles de norcoreanos asisten al paseo fúnebre por las calles de Pyongyang pese a la intensa nevada y con muestras continuas de desconsuelo

EFE/PÚBLICO.ES

Corea del Norte ha dado un multitudinario último adiós al dictador Kim Jong-il. Bajo el manto blanco de la intensa nieve arreciando, con nuevas muestras de dolor desgarrado de los subditos corcoreanos y ante la ausencia de cualquier medio internacional, el cortejo fúnebre con sus restos mortales recorrió las calles de Pyongyang para regresar al Palacio de Kumsusan, de donde ya no volverá a salir.

La procesión, seguida en directo únicamente por la Televisión Central de Corea del Norte (KCTV), partió a las 14.00 hora local (5:00 GMT) del Palacio Memorial de Kumsusan y recorrió los lugares más emblemáticos de la capital, como la Plaza Kim Il-sung, hasta regresar al mausoleo casi tres horas después.

Al comienzo del recorrido Kim Jong-un, al que la locutora de la KCTV se refirió como 'sucesor', acompañó a pie el coche fúnebre que portaba en el techo, sobre una cama de crisantemos blancos, el féretro negro de su padre envuelto en la bandera roja del Partido de los Trabajadores.

Abría la comitiva un vehículo con un gran retrato de unos tres metros de alto de un sonriente Kim Jong-il, seguido de otro con una gran corona de flores en el techo que anticipaba la marcha del coche fúnebre principal, escoltado por efectivos motorizados de las Fuerzas Armadas.

'Está llorando el cielo', proclamó entre lágrimas ante las cámaras de la KCTV uno de los militares que aguardaban junto a la carretera el paso de la comitiva, en referencia a la intensa nieve que caía incesante sobre la capital norcoreana, cuyas temperaturas rondaron los cero grados.

A pesar de las adversidades climáticas, a ambos lados de las calles donde circulaba lentamente el cortejo fúnebre se congregaron miles de civiles y militares con gesto abatido que, en numerosos casos, expresaron con llantos y llamativos aspavientos su dolor por la muerte del líder.

'Mientras estaba aquí de duelo, me desmayé. Echo mucho de menos al líder Kim Jong-il', declaró llorosa ante las cámaras de la televisión norcoreana An Ri-ho, una mujer de 86 años que, como muchos otros hoy en Pyongyang, expresó públicamente su desconsuelo por la muerte del dictador.

Durante el recorrido los locutores de la KCTV recordaron con gran dramatismo los 'logros' del fallecido líder, al que denominaron 'el padre del viento que sopla ahora en Pyongyang', y ensalzaron la figura de su hijo y sucesor Kim Jong-un.

El joven heredero acaparó la atención de las cámaras en los últimos compases del funeral cuando, apoyado en el capó, acompañó algunos metros más al vehículo que portaba el féretro de su padre.

La música interpretada por una banda militar entremezclada con los constantes gritos y llantos de desconsuelo de los ciudadanos fue la banda sonora de la retransmisión del funeral de Kim Jong-il, que concluyó con rondas de disparos y una marcha del Ejército bajo la atenta mirada del sucesor y altas autoridades del régimen.

El cuerpo sin vida del 'querido líder' ya no saldrá más del Palacio de Kumsusan, donde se expone el cuerpo embalsamado de su padre, el 'gran líder' Kim Il-sung, que gobernó el país desde su fundación en 1948 hasta morir, también de un ataque al corazón, en 1994.

Consolidado el joven Kim Jong-un como sucesor de su padre y máximo dirigente de Corea del Norte, no se esperan decisiones importantes en el país hasta que mañana, último día de luto oficial, finalicen las exequias por la muerte de Kim Jong-il.

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