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"La conciencia democrática es ahora más fuerte que nunca"

Li Datong, periodista censurado, cree que la mejora de las libertades políticas en China durante los últimos 60 años ha sido gracias al sacrificio de los ciudadanos, y no al Partido Comunista.

ANDREA RODES

Li Datong (Sichuan, 1952) no puede evitar indignarse y alzar el tono de voz cada vez que le preguntan sobre la libertad de prensa en su país. Hace cuatro años, el gobierno chino decidió poner fin a su carrera como periodista al censurar el suplemento semanal del diario China Youth Daily que él mismo dirigía desde 1995.

Bingdian (Punto de congelación) se había convertido en una de las publicaciones más populares de China gracias a sus osados reportajes sobre la realidad social del país, pero resultaban demasiado incómodos para el régimen comunista.

Hoy, Li, que ya fue retirado del mundo periodístico en 1989 por su implicación en las manifestaciones pro-democráticas en Tiananmen, no tiene más remedio que quedarse en casa, un apartamento anodino en los suburbios de Pekín, donde continúa escribiendo libros y colabora para medios extranjeros como el portal online Open Democracy, censurado en China.

Li es consciente de que ser hijo de un ex alto funcionario del Partido Comunista (PCCh) le ha protegido de la cárcel o del arresto domiciliario, a diferencia de otros periodistas disidentes, pero no por ello ha renunciado a su objetivo de contar la verdad y exigir reformas democráticas al gobierno de su país.

Ante el 60 aniversario de la fundación de la República Popular China, ¿puede decirse que la libertad de prensa ha mejorado o se ha pasado a un nivel de censura más sofisticado?

La libertad de prensa no ha existido nunca en China, aunque la Constitución asegure que los ciudadanos tienen el derecho a expresarse libremente. Todo se queda en el papel. La información que pueden cubrir los medios de comunicación chinos continúa siendo limitada. Pero podemos diferenciar claramente dos períodos: entre 1949 y 1979, bajo el mandato de Mao, sólo era posible la propaganda, los medios no informaban de la realidad social del país. A partir de 1979, hubo un gran cambio de mentalidad y actitud en los periodistas chinos. Algunos peces gordos, como el editor jefe del Diario del Pueblo, Hu Jiwei, se dieron cuenta de la importancia de los medios para evitar errores del PCCh, que en el pasado habían costado millones de vidas. Pero el cambio real vino desde abajo: surgió una generación de jóvenes periodistas, incluido yo, decididos a acabar con la propaganda y a abrazar las técnicas del periodismo occidental. Esta nueva ola de periodistas ' a la occidental' duró hasta finales de los 80.

¿La violenta represión del ejército contra las las manifestaciones prodemocráticas en Tiananmen, en junio de 1989, bloqueó también el progreso hacia la libertad de prensa?

No, el progreso no ha parado. En los últimos 30 años, centenares de periodistas han luchado por ampliar los límites de la censura, en un tira y afloja con las autoridades, y lo han conseguido. El mérito no es del gobierno, sino de toda esta gente - historiadores, periodistas, que se atreven a decir la verdad, arriesgándose a no ser promovidos, a perder el trabajo o a sacrificar su carrera. Y, sobre todo, este progreso no hubiera sido tan rápido sin Internet, el instrumento más importante a la hora de promover la libertad de expresión.

Aunque controlar la red al 100% es imposible, el PCCh hará lo posible para vigilar al ciber-ciudadano

La censura sobre Internet ha aumentado con la excusa del 60 aniversario y las revueltas del pasado julio en Urumqi. ¿Qué gana realmente el gobierno con tanta censura?

Aunque controlar la red al 100% es imposible, el PCCh hará lo posible para vigilar al ciberciudadano. SU mayor temor es que tome consciencia social en la red. En los últimos 60 años no ha habido reformas políticas así que para poder mantener el mismo régimen de Partido único heredado de Mao, el PCCH necesita controlar la información. ¿Qué pasaría si en las escuelas y los medios se hablara de Tiananmen o de los casi 75 millones de personas que podrían llegar a haber muerto de hambre o por otras circunstancias anómalas durante el mandato de Mao?

Entonces, es necesaria la reforma del sistema educativo para que la sociedad exija libertad de prensa?

Obviamente, el PCCh no permitirá reformar el sistema educativo. Eso permitiría preparar a ciudadanos con una conciencia clara de sus derechos, que puedan, por ejemplo, cuestionarse todo este derroche de dinero invertido en celebrar el 60 aniversario, con el desfile militar y un despliegue ridículo de seguridad. ¿Desean este tipo de ciudadanos? No. Con libertad de prensa, todos se enterarían de lo mafiosos que son nuestros políticos, por mucho que el gobierno reconozca e problema. El PCCh no puede poner fin a la corrupción sin la supervisión de los medios ni de la gente. ¿O es que un cirujano puede operarse a él mismo?

¿Podemos concluir que 60 años después, hay una mayor consciencia democrática en la población?

La consciencia democrática es ahora más fuerte que nunca. Cuanta más gente valiente y concienciada, más rápida será la reforma democrática. La responsabilidad de las nuevas generaciones es aumentar esta consciencia hasta que sea insostenible un régimen de partido único. Soy optimista. Hemos tardado 30 años para reformar la economía. Para la democracia pueden faltar otros 30.

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