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El seísmo doblega al castillo español de L'Aquila

La mayoría de los bienes culturales de los Abruzos ha quedado muy dañada

S. BUXADERAS

El imponente castillo español de LAquila ha defendido la región de los Abruzos desde que, hace cinco siglos, lo mandó levantar el emperador Carlos V en esta ciudad medieval, dominada desde muy temprano por las tropas catalanoaragonesas y más tarde, españolas. Pero el terremoto del lunes ha doblegado su poderío.

Una parte importante de su estructura interna ha cedido y ha dañado las valiosas obras que forman parte del Museo Nacional de los Abruzos, que tiene su sede en el interior del fuerte. Lo cuenta desolada a Público la directora de Bienes Culturales de la Región, Annamaria Reggiani, que también tiene sus oficinas entre las centenarias piedras del castillo y trabaja en difíciles condiciones para determinar los daños en el museo y en otros monumentos de los alrededores.

Carlos V mandó levantar el fuerte para proteger el confín del Reino de las dos Sicilias de los ataques de las tropas papales, y el águila de su escudo todavía vigila la entrada sobre el foso. El virrey, Pedro de Toledo, encargó los trabajos a un arquitecto catalán, Lluís Escribà.

Hoy, la colección de arte que alberga está en grave peligro, señala Reggiani: 'He conseguido entrar un momento y he visto unas imágenes medievales en terracota muy afectadas, no he podido comprobar cómo están algunas de las demás joyas del museo, como la Madonna di Ocre, del período normando'.

La mayoría de los demás atractivos artísticos de la región han quedado muy tocados por el terremoto. Es el caso de la catedral de L Aquila, así como la cúpula de Valadier de la Iglesia de las Almas Santas, en la misma ciudad.

También se ha malogrado una obra maestra del románico, la Iglesia de San Pio delle Camere. Se ha derrumbado incluso un magnífico castillo construido en la roca, el de la localidad de Ocre, y las ondas traidoras han alcanzado hasta las famosas termas de Caracalla de Roma, situadas a casi 100 kilómetros de distancia. Según la primera evaluación, el temblor ha agravado una grieta ya existente en la piscina de estos suntuosos baños del siglo III d. C, uno de los yacimientos imperiales mejor conservados.

En L Aquila, el único monumento que parece incólume es la tumba del Papa Celestino V (siglo XIII) el Papa que renunció a la tiara romana, así como la fachada de la basílica que lo alberga y que es la mayor obra de arte abrucense, la de Santa Maria da Collemaggio, aunque otras estructuras del templo han quedado muy afectadas. Hasta la memoria de LAquila puede perderse, pues el Palacio del Gobierno que alberga el Archivo de Estado se ha derrumbado sobre libros y documentos medievales de incalculable valor.

El trabajo de inventario de daños y planificación de la reconstrucción durará semanas, y luego deberá buscarse financiación para llevarla a cabo.

Reggiani ha recibido con los brazos abiertos la oferta del presidente norteamericano Barack Obama para reparar bienes artísticos de los Abruzos. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha aceptado la ayuda, aunque ha anunciado que deberá concretarse cuando Obama le reciba en Washington.

El mandatario italiano ha sido uno de los pocos en Europa que no se ha reunido todavía con el presidente de EEUU, a quien definió hace unos meses como un hombre 'muy bronceado'. A pesar de ello, Obama no quiere dejar de contribuir a recuperar lo que para Reggiani es 'un patrimonio cultural que no pertenece sólo a L Aquila o a Italia, sino a la comunidad internacional entera'.

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