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Las relaciones entre PSOE y ERC, al borde de la ruptura

Los independentistas amenazan con vetar los Presupuestos en el Senado

FERNANDO GAREA

El Gobierno y el PSOE vivieron esta semana uno de los peores momentos de la legislatura y bordearon la catástrofe política, con varias escenas de tensión. No fue por la crisis diplomática con Venezuela, si no por las gestiones subterráneas para sacar adelante los Presupuestos generales del Estado en el Congreso.

No trascendió y todo salió bien finalmente para el Gobierno, en algún caso sólo por un voto. Sin embargo, el peligro no ha terminado definitivamente porque en estos días se ha materializado bajo cuerda la apertura de una brecha enorme entre los socialistas y ERC, uno de los partidos en los que se ha apoyado durante la legislatura.

De hecho, fuentes de ERC aseguran a este periódico que están meditando la posibilidad de presentar enmienda de veto en el Senado a los Presupuestos. Lo haría a pesar de que estos días se ha renovado la continuidad del grupo de la Entesa en el Senado que forman PSC, ERC e IC.

Los vetos de cada grupo se someten a votación por separado y, por tanto, para que saliera adelante sería necesario que el PP sumara los votos a los de los independentistas y, que además, se dispute voto a voto. Si saliera adelante el veto, los Presupuestos deberían volver al Congreso para someterse a votación en el Pleno.

El Gobierno necesitaría mayoría absoluta, ya no le bastaría la abstención de los diputados de IC que le salvaron en el debate de totalidad y dependería de dos tránsfugas, uno de ellos del PP, para llegar a los 176 votos. Tiene asegurado el apoyo del PNV porque ya está cerrado el respaldo recíproco luego a las cuentas vascas y el del tránsfuga del PP, Joaquín Calomarde, que esta semana no ha ido al Pleno, pero que acudiría a votar contra el PP.

CiU valoró la posibilidad de vetar las cuentas en el Senado, pero finalmente arrancó al PSOE enmiendas sustanciales en la Comisión de Presupuestos que le permitieron pactar el compromiso de no interrumpir la tramitación de las cuentas.

La condición de ERC ahora para no obstaculizar las cuentas es que el Gobierno se siente a negociar con ellos enmiendas sustanciales en el Senado. El distanciamiento entre el PSOE y ERC se ha concretado en la virulencia de los independentistas por la crisis ferroviaria de Barcelona, los desacuerdos en todas las leyes que han negociado en las últimas semanas, como la de memoria o las dos frustradas de reforma del Poder Judicial y, sobre todo en el trámite de Presupuestos.

El mismo día del debate de totalidad Zapatero y Fernández de la Vega llamaron reiteradamente a Joan Puigcercós, conseller de ERC, para lograr su apoyo. No lo consiguieron y el portavoz de ERC hizo, además, en la tribuna un discurso extremadamente duro.

Esta semana el enfrentamiento político ha pasado al personal con incidentes y duros intercambios de frases en privado, entre Diego López Garrido y la diputada socialista Teresa Cunillera con Agustí Cerdá, portavoz de ERC, por la tramitación de los Presupuestos.

En esa situación el PSOE se vio obligado a aceptar enmiendas no previstas de otros grupos y López Garrido tuvo que improvisar con habilidad una artimaña parlamentaria para sacar adelante una votación. El portavoz socialista tuvo al menos dos enfrentamientos con el presidente del Congreso, Manuel Marín, para poderlo hacer, tras retrasar un día una votación. Todo porque una semana antes el PSOE perdió media docena de votaciones en la Comisión y 'se colaron' enmiendas de CiU, IU y ERC. De este último grupo entró un incremento del fondo para la inmigración que el Gobierno consideraba inasumible.

Para revertir la situación quiso llevarlo como voto particular al Pleno, pero nadie apoyó a López Garrido ni en la Mesa del Congreso ni en la Junta de Portavoces. El portavoz socialista improvisó una salida que supuso rechazar la enmienda de ERC, con el consiguiente malestar de ERC.

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