El “valor pedagógico de los actos del Gobierno” y la “coherencia con los objetivos” a alcanzar fueron los dos argumentos principales que expuso José Luis Rodríguez Zapatero para explicar la remodelación de su equipo ministerial, del que destacó “su notable capacidad de gestión” para acometer un proyecto “modernizador”. No obstante, rechazó que con los cambios el Ejecutivo pierda “peso político” y él, como presidente, vaya a estar menos “arropado”.

El nuevo Gobierno respeta los equilibrios territoriales, aunque la elección de los ministros ha sido directa de Zapatero y en su cocina íntegra sólo estuvo José Blanco, reafirmado como número dos del PSOE. A pesar de esta plena sintonía, 9 de sus 17 miembros no tienen carné del partido –De la Vega, Solbes, Bermejo, Sebastián, Salgado, Soria, Molina, Cabrera y Garmendia–.

Con semblante sonriente y complacido, tras su toma de posesión ante el rey, compareció en La Moncloa para confirmar la reestructuración del Gabinete. Destacó que su diseño responde a “los objetivos que comprometí para los próximos cuatro años”, primero en la campaña electoral y, el martes, en su discurso de investidura. A la vez, pretende ejemplificar en su composición los valores que predica.

Así, reafirmó que la igualdad es “el gran objetivo de la legislatura”. Y, para “predicar con el ejemplo”, como él mismo se encargó de subrayar, el nuevo Ejecutivo tiene tres rasgos históricos: por primera vez hay más mujeres que hombres, una mujer al frente de un “ministerio de Estado” como Defensa y una cartera de Igualdad.

La elección de Bibiana Aído para dirigir este nuevo ministerio ha sido una de las grandes sorpresas. La nueva ministra, que con 31 años se convierte en la más joven que llega a esa responsabilidad, es una apuesta personal de Zapatero, que la conoció durante un acto electoral. Sus prioridades serán la lucha contra la violencia de género, el pleno desarrollo de la ley de Igualdad –especialmente en su traslado al ámbito laboral y empresarial– y el fomento del empleo femenino.

El nombramiento de Carme Chacón en Defensa lo presentó, en la misma clave, como “un signo de normalidad”. La elección de la dirigente catalana la justificó en que “ha demostrado una muy notable capacidad de gestión, seriedad y responsabilidad institucional, y tengo plena confianza en ella”.

De Defensa no sólo dependen los ejércitos, en los que ha habido una importante incorporación de mujeres, sino también algo tan sensible como el Centro Nacional de Inteligencia, por cuyo control pugna Pérez Rubalcaba.

Para otro de sus grandes objetivos, cual es convertir la ciencia en el pilar de un crecimiento económico que dependa menos del ladrillo, Zapatero ha elegido a otra mujer, Cristina Garmendia, que llega con multitud de avales, entre ellos los del socialismo vasco y Miguel Sebastián, con el que colaboró en Ingenio.

Vinculadas a Sebastián están también la nueva ministra de Vivienda y Mercedes Cabrera, que pasa dirigir una suerte de Ministerio de la Familia, aunque no lleva ese rótulo. Esta influencia de Sebastián, unida a su propio nombramiento, también pueden haber pesado, según algunas fuentes, en la salida de Jesús Caldera, para evitar que Pedro Solbes se sienta acorralado.

La tercera prioridad que ha guiado a Zapatero es la lucha contra el cambio climático, con una gestión integral que permita combinar conservación y crecimiento, y con especial atención al agua. De esta idea surgió el nuevo Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

-El Consejo de Ministros celebrará mañana por la tarde su primera reunión. En ella se aprobará el decreto de reordenación de competencias y  nombramientos en los segundos escalones.

-Educación, Política Social y Deporte será una suerte de Ministerio de la Familia. Se centrará en desplegar la Ley de Atención a laDependencia y en potenciar la formación profesional.

-Agricultura y Medio Ambiente se fusionan en Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

-Ciencia e Innovación incorpora también Universidades.

El presidente tachó de “especulación” la interpretación de que el nuevo equipo ministerial tiene 2010 como fecha de caducidad. Sin embargo, fuentes socialistas creen que tiene muchos fundamentos. Por un lado, coinciden el ecuador de la legislatura, la presidencia española de la UE y el horizonte de salida de la crisis económica. Por otro, abonan esa tesis que la decisión de continuar de Pedro Solbes se decantara por la responsabilidad de no dejar el barco cuando hay tormenta, la entrada en el Gobierno de Miguel Sebastián –a quien José Luis Rodríguez Zapatero ofreció la cartera de Economía en 2004–, la continuidad a regañadientes de Alfredo Pérez Rubalcaba, la permanencia de ministros controvertidos como Miguel Ángel Moratinos y Mariano Fernández Bermejo, el deseo de José Blanco de dejar la Secretaría de Organización del PSOE y el regreso de Jesús Caldera al partido.

En cuanto a Rubalcaba, Zapatero reconoció que tuvo que “hacer un esfuerzo para convencerle”, pero para él 'es importante” que Interior “siguiera en sus manos”. La pregunta de si la reforma de la Justicia será pilotada por Bermejo o José Antonio Alonso, la despejó alegando que precisa del “concurso de muchas voluntades”.