Si la Justicia fuera 'igual para todos', como proclamó el rey en su mensaje navideño, 'si fuera así, como demandan la mayoría de los ciudadanos, no habría habido cinco años de silencios y el duque de Palma, Iñaki Urdangarin, estaría ahora imputado'. El coordinador federal de IU, Cayo Lara, encerró en este argumento la crítica más sonora entre las distintas formaciones políticas al repasar el discurso del rey.

Lara se distanció de esta forma del abrazo elogioso que dedicaron al rey conservadores y socialistas. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que su partido 'no puede estar más de acuerdo' con Juan Carlos de Borbón en su mención a la ejemplaridad aplicada a la vida pública. Cospedal aplaudió que el rey resaltara la necesidad de no 'generalizar' comportamientos concretos a todos los que desempeñan una tarea pública.

En la misma línea, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, aseguró que el rey 'supo estar a la altura de las circunstancias' al exigir un recto comportamiento a los responsables públicos. Iglesias hizo una 'valoración extraordinariamente positiva de la necesidad que planteó el rey' de defender el Estado del bienestar.

Crítico, el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, echó en falta en el mensaje una referencia 'más explícita e inequívoca' a la crisis que vive la Casa Real bajo la sombra del caso Urdangarin. 'Una crisis muy preocupante, que genera mucha alarma social y no se puede despachar alegremente con cuatro eufemismos genéricos sobre la igualdad ante la ley', apuntó el portavoz nacionalista.

El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, también echó de menos una alusión más directa en el mensaje a la situación de descrédito abonada por las actividades del yerno del rey.