El secretario general de CiU y portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran (UDC), ha vinculado la supervivencia futura de Catalunya como nación a la utilidad que tenga para sus ciudadanos, así como a unos valores comunes que la definan.

'La nación para sobrevivir tiene que ser útil', sentenció.

En una conferencia en el Tercer Congrés Catalanista, remarcó que 'no será más nación por disponer de más competencias, sino por ejercerlas mejor'.

Apelando al sentido práctico del nacionalismo, argumentó que si los catalanes han sobrevivido tres siglos sin instituciones, la suya no será más nación ahora por tener la competncia sobre Cercanías, sino porque el servicio funcione mejor que cuando la ha gestionado el Estado.

Argumentó que los rasgos que definían a Catalunya en el pasado, como la lengua, la historia y las costumbres, ya no serán suficientes en el siglo XXI y en el XXII, por la globalización y la inmigración.

Tras hacer hincapié en que lengua y cultura deben defenderse siempre, aseguró que compartir una serie de valores será lo que la permita sobrevivir como nación, y citó como ejemplo el espíritu emprendedor, la defensa de la economía productiva, el gusto por el trabajo bien hecho, el sentido común, la responsabilidad, la integridad y la capacidad de promoción social.

Citó naciones como Estados Unidos y el pueblo judío, que han crecido o sobrevivido en base a los valores.

Para Duran, tener un Estado propio habría sido un buen vehículo en los siglos XIX, XX y principios del XXI, pero 'no garantizará la perdurabilidad' de la nación sin una identidad propia y unos valores compartidos. Como ejemplo, remarcó los antiguos principados alemanes, que acabaron siendo una única nación.

En su opinión, 'el enemigo ya no es España, sino la despersonalización', y advirtió de que sólo sobrevivirán las naciones más fuertes, las que sepan mantener unidos a sus integrantes pero también garantizar su bienestar, las que sean útiles para resolver sus problemas y proporcionen más ventajas que inconvenientes.

Duran defendió un modelo de Estado confederal en cuanto a la identidad catalana y del resto de naciones en España, y exigió la 'soberanía plena' sobre políticas de cohesión social. En la vertiente económica, apostó por la articulación federal, y recordó que UDC no apuesta por la independencia aunque en el partido sí militen personas a favor de esa causa.