El número mágico del 1-M es el 38. Porque 38 es el número de diputados que suman la mayoría absoluta en el Parlamento gallego. Y un 38% es la abstención (incluido el censo exterior) a partir de la cual la derecha tendría más fácil arrebatar al PSOE y el BNG el Gobierno. En las últimas elecciones autonómicas, el número de gallegos que no fue a votar fue el 35,8%. Éste domingo, cada punto por encima de esa cifra acercará al PP de nuevo al poder. Y como el resultado final puede ser una cuestión de décimas, el presidente del Gobierno desembarcó ayer por tercera vez en la campaña gallega, en el Mercado de Amio (Santiago) para poner, ante 5.000 personas, las cosas en su sitio.

Definió Zapatero al PP como “el partido de Rajoy, Feijóo y Baltar”. El presidente de la Diputación de Ourense, Xosé Luis Baltar, último superviviente del caciquismo en la política gallega, le ha puesto en bandeja un argumentario de última hora a los socialistas gallegos. Baltar había llamado “maricón” hacía 24 horas al conselleiro de Medio Ambiente, Pachi Vázquez, tras confesar que el socialista tenía una obsesión con su persona.

“El PP –exclamó Rodríguez Zapatero– es un partido que le ríe las gracias a quien ha insultado gravemente, indecentemente, como no haría ningún político de la extrema derecha en Europa”. “Sé muy bien –añadió– que la inmensa mayoría de los gallegos y las gallegas no aceptan que les represente gente como Baltar”.

Más adelante, en su apelación al voto joven, dijo que hace cinco años éste le llevó a La Moncloa precisamente para formar un Gobierno que “ha hecho iguales a los diferentes”. “No permitiremos que se insulte a nadie por su orientación sexual , por su raza, por su religión...”, insistió.

Emilio Pérez Touriño, que cerró el acto con un tono inusualmente mitinero, tampoco dejó escapar la ocasión. “El problema no es Baltar –dijo– sino quien ampara y protege ese comportamiento”. Para el candidato socialista, el PP es en este momento un partido que produce “metástasis” e invitó a los gallegos “a extirpar ese cáncer” el 1-M.

“Cada voto puede valer un Gobierno”, dijo Zapatero, tal y como ha insistido en sus otros dos mitines de la campaña gallega. “Abstenerse es lo mas triste de todo –añadió–, los votos de la abstención sólo los cuenta el PP porque su única esperanza de ganar es que la gente no vaya a votar”.

El presidente del Gobierno instó a todos los que le votaron hace un año en las elecciones generales a que lo hagan en esta ocasión por el candidato socialista. “Votar a Touriño es lo mismo que votar a Zapatero en las generales”, argumentó. Y es que los socialistas gallegos cosecharon el 9-M sus mejores resultados en unos comicios estatales.

'Los votos de la abstención sólo los cuenta el PP porque su única esperanza de ganar es que la gente no vaya a votar”

Frente a los insultos de la derecha, de quien recordó su campaña sucia en Galicia, Zapatero presentó a Touriño como “un gobernante tolerante, respetuoso... un demócrata. Nunca hace el ordeno y mando de la derecha. Así debe ser Galicia”. Y también tuvo un recuerdo para Patxi López. “Así es el carácter de nuestro partido, damos lo mejor que tenemos en Euskadi y en Galicia”, concluyó.

Touriño señaló que la campaña había puesto de manifiesto “la catadura moral de Feijóo”. “Y quien no pudo hacer una campaña limpia, no podrá gobernar limpiamente”. Recordó que alguien le había recriminado el otro día no haber mirado “debajo de las alfombras” tras haber desalojado a Fraga del poder en 2005. “No quise convertir este país en un vertedero de basura. No es nuestra forma de hacer política. Y nunca me arrepentiré”.