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CiU espera la llamada de Zapatero

Los nacionalistas aguantan el tirón y prevén serias consecuencias en la política catalana 

FERRAN CASAS

CiU estaba satisfecha. De entre todas las minorías, fue la que mejor aguantó la bipolarización. Los nacionalistas mantuvieron intactos sus apoyos mientras observaban, no sin cierta perplejidad, el espectacular trasvase de votos de ERC hacia el PSC. Los 10 escaños de CiU aguantaron inmóviles durante toda la noche. Pero lo más importante no era el resultado. Lo relevante era que los escaños sirvieran para algo pese a haberse enfriado su deseo de formar parte del ejecutivo. 

Con resultados casi definitivos Josep Antoni Duran i Lleida compareció y reclamó su papel como 'fuerza política central' en España, mientras avisaba que Zapatero deberá 'contar' con ellos en la nueva legislatura. Y advirtió de que no serán ellos los que den 'paso alguno' o 'muevan ficha' en busca de acuerdos con el PSOE.

Los nacionalistas esperarán con tranquilidad al PSOE y entablarán diálogo siempre y cuando se cumplan sus condiciones, entre ellas la publicación de las balanzas fiscales y el despliegue ambicioso del Estatut. Habrá que ver como casan, si los hay, los pactos en Madrid con la situación política catalana, donde CiU lleva más de cuatro años en la oposición.

El nuevo Congreso consagra a CiU y al PNV como potenciales aliados. Duran lo sabe y por eso ayer respiraba tranquilo después de unas semanas duras (fue operado de un tumor pulmonar en precampaña) en la que, además, se les ha querido 'borrar del mapa'.

La clave catalana pesa
Dirigentes de la federación se mostraron seguros de que los resultados tendrán consecuencias, y serias, en la política catalana. Artur Mas y su entorno veían configurado un nuevo escenario: al papel decisivo que tendrán en Madrid, le añadían la confianza que les produce el nefasto resultado de Esquerra y, por lo tanto, la desestabilización del tripartito. Eso permitiría a medio plazo un pacto de CiU con los socialistas en Madrid y en Barcelona, pese a la oposición de José Montilla.

A pesar de la euforia, los dirigentes del CiU ayer eran conscientes de que Zapatero puede optar por acuerdos exclusivos con los nacionalistas vascos y con alguna otra minoría como la canaria o la gallega.

El mensaje en clave catalana lo dio el presidente de la coalición, que desenterró, sin citarla, su idea de casa común del catalanismo sirviéndose del momento bajo de los independentistas. Ante los escasos militantes que se dieron cita en la sede electoral, que acogieron con cuchufletas el resultado de ERC, dando buena medida de hasta que punto el nacionalismo vive un momento de división, Mas invitó a los republicanos 'a la reflexión', pero miró a los votantes más desconcertados de ERC y lanzó un mensaje inclusivo'.

1. DEBATE: A partir de hoy se abre un intenso e incierto debate en la federación sobre su papel en Madrid. Todo depende del PSOE y de la estabilidad del tripartito, pero Mas no quiere pactos en Madrid si no implican su retorno a la Generalitat.
2.  RESULTADO: Lejos de la Generalitat,  CiU aprovecha las grietas de Esquerra y la incapacidad del PP para atraer al electorado más moderado.

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