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Zapatero y el rey denuncian las desigualdades en Iberoamérica

El presidente anuncia la creación de un Fondo para el Agua dotado, “como mínimo”, con 1.500 millones de dólares

ANA PARDO DE VERA

El rey y el presidente del Gobierno programaron ayer sus discursos en la sesión plenaria de jefes de Estado y de Gobierno de la XVII Cumbre Iberoamericana para que el segundo fuese la continuación del primero y nada se quedase en el tintero de los buenos consejos, las mejores intenciones y las propuestas más positivas para tratar de superar las desigualdades que, en Latinoamérica, “persisten lacerantes e injustas”, en palabras del rey, a pesar de que ahora son “mayores los recursos”.

El discurso del monarca, muy breve, concentró esa tenue llamada de atención a los líderes latinoamericanos y una sucesión de agradecimientos a las autoridades de la cumbre, desde la presidenta chilena, la anfitriona Michelle Bachelet, al secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias.
Mucho más político, como era de esperar, fue Zapatero, que felicitó la iniciativa de hacer una cumbre sobre la cohesión social, “el tema más importante de Latinoamérica, en el que va a dirimirse el futuro de este continente. Hemos puesto el dedo en la llaga”.

El jefe del Ejecutivo español aprovechó su discurso para anunciar la propuesta económica más importante de la jornada: la creación de un Fondo para el Agua “en el que el Gobierno español compromete, como mínimo, 1.500 millones de dólares para los próximos cuatro años para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya cuantificados en los Presupuestos para 2008”.

Animó a los demás países a secundar su propuesta, pues, dijo, “el fondo está abierto a otras contribuciones y espero que sea bien recibido por la Comunidad Iberoamericana de Naciones y por los organismos multilaterales de la región”.  Zapatero, como el rey, estaba instando a los países latinoamericanos a trabajar, porque “en Iberoamérica hay 58 millones de personas sin agua potable y 138 millones sin acceso a saneamientos adecuados”.

España no quiere crecer sola

El presidente del Gobierno valoró muy positivamente el papel de España en la lucha por el desarrollo económico y social en América Latina. Madrid ha desarrollado una política “tendente a reducir las desigualdades, la pobreza, la miseria, la falta de educación, de salud…”. Zapatero se preguntó qué sentido tienen nuestras vidas “cuando hay millones de ciudadanos cuyas vidas no tienen sentido por la falta de educación, de salud, por la miseria que asuela a mucha gente en el continente y en el planeta”.

Con un discurso emotivo y cargado de mensajes pro-desarrollo, el jefe del Ejecutivo reconoció la responsabilidad de España en todo el proceso de lucha por la cohesión social en América Latina. “Un país desarrollado, con un crecimiento económico y un bienestar como los de España, tiene una doble obligación, un doble imperativo moral. España quiere crecer pero no quiere hacerlo sola, sino acompañada especialmente por Latinoamérica”, concluyó Zapatero.

A los hechos

El presidente del Gobierno informó de que la ayuda que España está desarrollando en Latinoamérica “crece sin cesar” y llegará en 2007 a los 900 millones de euros para educación y salud y en 2008, “superaremos los 1.000 millones de euros”.

Zapatero animó a los países y los felicitó porque “esta cumbre haya pasado de la retórica a los compromisos, de las musas al teatro, de los discursos a los hechos”.

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