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La plantilla de Seat pide la asignación de un coche eléctrico para mantener el empleo en Martorell

Después de que su director ejecutivo asegurara que "el futuro es Cupra", los representantes de los trabajadores instan a crear una segunda plataforma para fabricar un nuevo modelo.

La fàbrica de Seat a Martorell.
La fàbrica de Seat en Martorell. Seat

"El futuro de Seat es Cupra". Estas palabras de su director ejecutivo, Thomas Schäfer, durante el reciente Salón del Automóvil de Múnich, han hecho saltar las alarmas sobre la continuidad de la marca Seat y sobre la viabilidad de la planta de Martorell (Barcelona) o el impacto en los puestos de trabajo de la fábrica catalana.

En un primer momento, parece que Cupra, la gama deportiva del grupo alemán, apostará por la electrificación y los nuevos mercados, mientras Seat se centrará en las nuevas formas de movilidad vinculadas al ámbito urbano. De hecho, durante el citado certamen, la compañía sólo ha presentado proyectos relacionados con Cupra.

Los representantes de los trabajadores aseguran que la convivencia de las marcas está garantizada, al menos hasta el 2035

En un mensaje de tranquilidad, los representantes de los trabajadores de la planta de Martorell, donde están ocupados más de 14.000 trabajadores, aseguran que la convivencia de las marcas Seat y Cupra está garantizada, al menos hasta el 2035, cuando está previsto el final de la comercialización de los coches de combustión. En ese momento, será la empresa la que decidirá la estrategia con la marca catalana.

Aunque el pasado mes de julio Seat anunció una inversión de 300 millones de euros en el marco de su plan de electrificación para construir una planta de ensamblaje de celdas de baterías en Martorell, iniciativa que generaría 400 puestos de trabajo directos y 100 indirectos, los representantes de los trabajadores reclaman un mayor ritmo en la concesión de proyectos y modelos.

Así lo demanda Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del Consejo de Supervisión del grupo Volkswagen. "Estamos ante la incógnita de si Cupra se convertirá o no en una marca global. En caso de que no lo consiga, Seat debería adjudicarse un modelo eléctrico con un cambio en el diseño". En este ámbito, Carnero alude al Cupra Formentor, que desde finales de 2020 se fabrica en Martorell.

El presidente del comité de empresa destaca que en estos momentos las dos marcas (Seat y Cupra), que forman parte de la compañía Seat, son rentables económicamente y aún convivirán al menos durante una década.

Carnero pone el foco en las ventas de Seat, que suponen el 50% del total de la compañía, y aunque "la marca Cupra será relevante, Seat deberá posicionarse en las políticas de micromovilidad de las ciudades y reorientar la producción de algunos modelos emblemáticos como Ibiza y Golf".

Más actividad para garantizar la continuidad

Más allá de la estrategia que se dibuja sobre el futuro inmediato de la marca Seat, la plantilla quiere que se constituya una segunda plataforma productiva que facilite la transformación en modelos eléctricos del Cupra Formentor o el traslado de la fabricación del Cupra Born, que actualmente se hace en Alemania. "Sin una mayor competencia de producto y más asignaciones de modelos, la marca Seat dejará de ser tan rentable".

Este debate sobre el futuro se produce en un momento en el que Seat (Seat y Cupra), según las palabras del grupo Volkswagen, "está más fuerte que nunca". Desde 2015, exceptuando los años pandémicos 2020 y 2021, la compañía ha acumulado beneficios.

En 2022, éstos fueron de 68 millones de euros. Entre enero y agosto de 2023, Seat ha vendido casi 200.000 coches y Cupra ha matriculado en torno a los 150.000. Por tanto, entre ambas marcas cuentan en estos ocho primeros meses con 350.000 vehículos comercializados.

Las dudas sobre el futuro de la planta se iniciaron en 2018, cuando se decidió que Cupra pasara a ser una marca independiente

Las dudas sobre el futuro de la planta Seat en Martorell ya se iniciaron en 2018, momento en el que se decidió que Cupra -que era el nombre de las versiones deportivas- pasara a ser una marca independiente de Seat, pero dentro de la misma empresa. Tras el éxito de Cupra y la decisión de Europa de prohibir los motores de combustión que expulsan emisiones, ésta fue la escogida para arrancar el proceso de electrificación.

El margen comercial de Cupra

Durante la pandemia se evidenció el mayor apoyo de Volkswagen a Cupra. Ante la carencia de semiconductores, los pocos chips que había se destinaban a estos modelos. La razón es que, en un contexto de menores ventas de coches, la rentabilidad y el margen comercial se obtenía con vehículos más caros y el descenso de las matriculaciones.

En el contexto de las nuevas presentaciones de modelos, el grupo alemán ha revelado que se producirán en la marca Cupra, como el Terramar, el Tavascan o el Raval, que empezarán a fabricarse entre 2025 y 2026.

La plantilla insiste en la necesidad de la llegada de una segunda plataforma a Martorell

Ahí es donde la marca Seat ve una oportunidad para mantener la actividad y la ocupación de la planta de Martorell. El comité de empresa cree que si no se acelera el procedimiento las ventas podrían estancarse a partir del próximo año.

La plantilla insiste en la necesidad de la llegada de una segunda plataforma a Martorell, lo que garantizaría su viabilidad como planta. Para ello, instan al consejo de administración a que tome de forma rápida la decisión de atribuir un modelo eléctrico a la fábrica catalana.

Los sindicatos quieren que éste sea el Cupra Formentor, que en la nueva generación es ya un modelo íntegramente eléctrico. La dirección de Seat explica que otra vía para la electrificación es el lanzamiento de un cuadriciclo desarrollado con la empresa catalana Silence, enfocado a una movilidad sostenible, joven y económicamente accesible. En esa misma línea, la firma quiere potenciar herramientas como el vehículo compartido, las suscripciones y la micromovilidad.

Independientemente de estos caminos, resulta evidente que la vida comercial y el futuro de la marca Seat debe decidirse a corto plazo para garantizar la continuidad de la actividad en Martorell antes de la muerte definitiva de los coches de combustión.

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