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Torres y Simeone comparten el 100

El Atlético gana al Éibar (3-1) en un partido marcado por el error y la posterior 
redención de Saúl, el gol 100 de 'El Niño' y el triunfo 100 del entrenador argentino.

Fernando Torres muestra la camiseta que conmemora su gol 100 con el Atleti. / JAVIER LIZÓN (EFE)

MIGUEL ÁNGEL MORENO (EFE)

MADRID.— El canterano rojiblanco Saúl Ñíguez vivió en el Atlético-Eibar el error y la redención tras fallar en el primer tanto visitante y anotar el 2-1, un partido en el que el Atlético recuperó los goles de cabeza como seña de identidad y en el que Fernando Torres puso el colofón anotando el ansiado gol 100 como rojiblanco.

Atlético y Eibar parecieron decidir que el partido durara tan solo 45 minutos. Solo así se entiende una primera parte que pareció un trámite, en la que el balón estuvo más tiempo por los aires que sobre el tapete, y en la que el respetable se aburrió soberanamente con un Atlético ahogado por la defensa adelantada del conjunto armero y con el argentino Ángel Correa aportando las únicas gotas de peligro.

La segunda iba a enmendar a la primera, con un gol del Eibar en el primer minuto, fruto de un mal control de Saúl a pase de Jesús Gámez. El ilicitano quiso golpear el balón, pero terminó pisándolo, lo que permitió a Sergi Enrich rebañarle el balón y ceder a Sergio Gontán 'Keko', que disparó a placer.

Dos canteranos del Atlético, la cara y la cruz de la jugada. Saúl, manchando una primera parte impecable en la zaga, y Keko regresando al Calderón después de un periplo de siete años y anotando hoy al club que le vio nacer. Valladolid, Cartagena, la aventura italiana en Catania, Albacete y ahora Eibar, donde ha recuperado el brillo que años atrás apuntaba como canterano.

El tanto en contra pareció espolear al Atlético, que bajó el balón al piso y comenzó a crear el peligro que no había conseguido plasmar los minutos anteriores. Fruto de esos buenos minutos, llegaron tres saques de esquina consecutivos y, al tercero, el tanto del uruguayo José María Giménez, que entró al remate con toda la potencia y se introdujo junto al balón en la meta defendida por Asier Riesgo.

Fue un partido en el que el Atlético recuperó los goles de cabeza como seña de identidad

Seis minutos después, en un córner lanzado desde el lado contrario, esta vez desde la parte derecha del ataque rojiblanco, llegaba el tanto de Saúl, que cabeceaba a puerta y celebraba con rabia el gol que significaba la remontada rojiblanca y la redención del joven futbolista atlético. Lo sabía la afición, que le dedicaba sus aplausos, y lo sabían sus compañeros Giménez y Koke, que le señalaban.

El tanto también suponía el regreso del 'Atlético Aviación', el que hacía del juego aéreo su principal arma, que no había aparecido desde el 13 de diciembre, con otro tanto precisamente de Saúl tras un saque desde la esquina.

Tras la remontada, el Atlético disfrutó de un Óliver Torres que ofreció detalles de calidad sobre el campo y vivió otro momento esperado: el ansiado gol 100 de Fernando Torres, que volvió a encontrar el olfato precisamente contra el equipo con el que había anotado por última vez.

Fue en un pase raso desde la izquierda del argentino Luciano Vietto, que permitió al '9' alojar el balón en las mallas, después de haber tenido al menos dos ocasiones muy claras.

El tanto supuso el 3-1, el colofon al partido y la fiesta en el Calderón con el pitido final de Fernández Borbalán, tras el cual Torres saltó a los exteriores del campo para entregar la camiseta del tanto centenario a su descubridor en la cantera rojiblanca, Manolo Briñas.

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