Según Lluis Bassat, uno de los grandes popes españoles de la publicidad, no hay nada peor en una estrategia de venta de un producto que 'un gran disparo en la dirección equivocada'. Max Mosley, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y, sobre todo, Bernie Ecclestone, su homólogo de la Fórmula 1, llevan al límite esa máxima: disparan munición de todos los calibres, en todas las direcciones y casi todos los días. Tan exagerada pero eficaz táctica provoca que la F1 se haya convertido en una máquina de fabricar titulares. Haya o no carrera, el automovilismo tiene una noticia.

El método ha alcanzado tal grado de profusión y, en ocasiones, de virulencia que corre el riesgo de pasarse de frenada. Resulta peligroso que reglamento, sanciones, trampas, peleas y rumores produzcan mucho más ruido que los estruendosos motores de los bólidos. A punto de cumplir 60 años, la F1 siempre ha sido un circo de egos, un negocio multimillonario; pero, desde hace un par de temporadas, cuando se destapó el espionaje de McLaren a Ferrari, todo lo complementario al deporte en sí ha ido adquiriendo una importancia desorbitada. Un resumen de las noticias más importantes durante este período dan fe del eficaz frenesí informativo de la F1.

Desde 2007, lo extradeportivo hace más ruido que los propios bólidos

En septiembre de 2007, la FIA sentencia que McLaren espió a Ferrari al copiar documentación técnica aportada por un empleado despedido. El equipo inglés fue expulsado del Mundial de constructores y tuvo que pagar una multa de 72 millones de euros. En marzo de 2008, el dominical inglés News of The World publica que Mosley participó en 'una orgía depravada al estilo nazi con cinco prostitutas' e ilustra la información con un vídeo. Varios equipos pidieron la cabeza del inglés, que se irá al final del actual campeonato.

La F1 siempre ha sido un circo de egos, un negocio multimillonario

En la primera carrera de 2009, Australia, los comisarios excluyen a Hamilton y a McLaren de la clasificación por haberles engañado al ocultar información sobre el adelantamiento que realizó Trulli con el coche de seguridad en pista. Cinco meses después, concluido el G. P. de Bélgica, la FIA filtra que lleva a cabo una investigación sobre la victoria de Alonso en Singapur 2008. El próximo día 21, el Consejo Mundial analizará si Renault dirigió el accidente de Piquet para favorecer al español, que era el único que había repostado.

Rara es la carrera donde no se repite la historia. Acciones parecidas, incluso idénticas, son juzgadas con diferente criterio. Lo que a Webber le cuesta un drive through castigo consistente en pasar por el pit lane sin parar en boxes a Raikkonen le sale gratis, ambos en la misma pista, Spa. Luego está el criterio cambiante entre los comisarios presentes en los circuitos y los jueces que pisan la moqueta de la lujosa sede parisina de la FIA. Así, el defectuoso cambio de rueda que le hicieron a Alonso fue en Hungría 'una maniobra premeditada' que merecía su expulsión del siguiente gran premio, pero la FIA dictaminó días después que no hubo mala fe. El español corrió en Valencia.

Nacido de las cenizas de Honda, Brawn GP tuvo sus meses de gloria empujado por una pieza que se ha hecho famosa. Los difusores le dieron al comienzo del Mundial de 2009 una ventaja aerodinámica de la que aún vive Button, líder del campeonato. El KERS (sistema de aceleración súbita) no ha cuajado, la reducción de presupuestos se ha quedado a mitad de camino y el reparto de medallas a los tres primeros de cada carrera no llegó a implantarse. Novedades que han engendrado confusión, protestas y, por supuesto, titulares casi diarios cuando no los aportaron las carreras.

El traumático y breve paso de Alonso por McLaren (2007) y el frustrado regreso de Schumacher a la competición ilustran la capacidad de la F1 para crear noticias fuera de los circuitos. El solo anuncio de que el heptacampeón alemán volvía provocó una masiva venta de entradas para el reciente G. P. de Euroa. De momento, sigue jubilado.

Antes, durante y después de la famosa crisis económica mundial, la F1 vive de su repercusión mediática. Y el impacto siempre es mayor, por aquello de la novedad, en países que nunca han recibido al circo de la velocidad o por los que pasó hace muchos años. Ecclestone juega con esta variable y con la voracidad de las naciones emergentes. Así nació en 2008 el G. P. de Europa en Valencia, así se estrenará Abu Dhabi el 1 de noviembre, así se anuncian citas venideras en Rusia, India o Corea del Sur, y así se especula, cómo no, con futuros grandes premios en Portugal, México, Argentina o Suráfrica. La ilusión, cierta o soñada, vuela. Y con ella viaja el negocio.